Día a día, sondeo y estudio electoral tras sondeo y estudio electoral, artículos periodísticos incluidos, todos coinciden en lo mismo: el socialismo español atraviesa su peor momento desde que regresara a la legalidad tras la muerte de Franco. No es capaz de vencer al PP pese a la crisis y la lluvia de acusaciones de corrupción que caen sobre el partido del gobierno; y va a ser " sorpassado" por su izquierda por primera vez en su historia, seguro en votos y tambien en escaños.
La última " pedrada" para la imagen del PSOE se la ha dado la cadena SER con su Observatorio: es el único partido de los cuatro grandes que pierde apoyo desde las elecciones de diciembre. PP, Podemos y Ciudadanos ganan décimas, pero ganan. Son miles de posibles votos, los socialistas pierden casi dos puntos. Números que les condenan a dejar de ser segundos y hasta terceros en alguna Comunidad.
Sus votantes, además, piden justo lo contrario de lo que han decidido sus líderes. Prefieren un gobierno de izquierdas antes que otro con Ciudadanos y el Partido Popular. Y en algunas provincias se van a quedar sin representación en el Senado. Nuevas y más duras noticias en Cataluñq, en el País Vasco, en la Comunidad Valenciana, en Madrid, lugares donde no hace tanto tiempo reinaban sus siglas.
La clave de todos esos males es sociológica: la mayoria de los españoles, salvo los que votaron PSOE, les culpan ee la repetición electoral. Situado en el centro del tablero político Pedro Sánchez no quiso o no pudo pactar un gobierno de gran coalicción con Mariano Rajoy, al que había llamado indecente en televisión; y no quiso o no pudo apoyarse en Podemos y el PNV para llevar una alternativa de izquierdas a La Moncloa.
Ni con unos, ni con los otros sus males, los del PSOE, parecen no tener remedio a corto plazo. Y eso se paga en las urnas y en la opinión de los ciudadanos. El pacto tan solemnemente vendido con Albert Rivera no pasó de ser una representación teatral que los dos firmantes creyeron buena para sus intereses de cara a las nuevas elecciones que ya se veían en el horizonte. Se equivocaron y ahora los menos decididos a repetir su voto de diciembre son los que lo hicieron por Ciudadanos y por el PSOE. Y los más fieles, los de Podemos y el PP.
Culpar a los socialistas de la repetición electoral es injusto. Culpables son los cuatro que han mirado más por sus intereses personales y partidistas que por los generales del país, pero es verdad que quien mejor lo tenía para " moverse" entre bastidores y conseguir una mayoría suficiente y hasta una mayoría absoluta en el Congreso para formar un gobierno era el PSOE y su líder. Y todas las voces internas que se oponían a los posibles y necesarios pactos estaban pensando más en su propio futuro y en la caída del secretario general que en el futuro de su partido.
Si de verdad creían que el Partido Socialista podía ser fagocitado por Podemos o podía perder su identidad al pactar con el PP es que ya le daban por muerto en el combate. Desconfiaban de sus propios militantes y votantes, desconfiaban de su propia capacidad para proponer soluciones de cambio a la sociedad española. Los rivales de Sánchez eran y siguen siendo los peors enemigos del PSOE y de la necesaria y urgente regeneracion programática y humana que necesita. Eso lo ven y lo saben los ciudadanos y por eso les colocan como los principales culpables del fracaso político de estos seis meses.