La acusación contra Rita Barbera, en las más altas instancias judiciales por su condición de aforada, coincide con la formación de las distintas Comisiones en el Congreso y en el Senado. Su elección en la Cámara Alta ha quedado en suspenso y la propia Rita no ha acudido a su escaño alegando que iba a " estudiar el auto" del Tribunal.
En el PP prefieren esperar la reacción de la ex-alcaldesa antes de tomar alguna medida que pudiera acabar con su carrera política, pero desde Ciudadanos ya han advertido a Rajoy que si quiere mantener su apoyo debe prescindir de Barberá, dentro de los acuerdos sobre corrupción que alcanzaron de cara a la investidura.
Desde el PSOE y Podemos se han lanzado a la yugular política de Rajoy y de Albert Rivera, pensando en las posibles elecciones generales en diciembre pero sobre todo por el impacto de la imputación de Barberâ en las campañas gallega y vasca, justo cuando se pone en duda la mayorįa absoluta de Nùñez Feijóo en Galicia y los posibles y necesarios pactos con Urkullu y el PNV en Euskadi.
En el mismo día ha tenido el PP la hiel de las declaraciones como imputado del ex-alcalde popular de Móstoles, que reconocía los mensajes enviados de cara a unas adjudicaciones urbanísticas en su municipio; y la hiel que supone el pacto alcanzado entre el ex-presidente Jaume Matas y la fiscalía para no volver a prisión a cambio de reconocerse culpable de los delitos que se le imputan en las nuevas causas.
La miel volvía a aparecer en la resolución judicial que archiva la causa contra Lapuerta, el ex-tesorero del PP que pasó el testigo a Bárcenas, por su situación médica debida a la edad y la enfermedad que padece. Un problema que se resuelve y que sale de los âmbitos judiciales que tanto daño han causado y van a causar al PP en este otoño que está a punto de comenzar.