“Ese gobierno con independentistas nunca estuvo sobre la mesa. Si Pedro Sánchez hubiera querido ser presidente, lo hubiera sido en el mes de mayo”. Margarita Robles, la número dos de Pedro Sánchez en las listas por Madrid en las elecciones del 26-J no se muerde la lengua y ha sido especialmente contundente en un desayuno informativo con The Experience Club: “Si Pedro Sánchez hubiera querido el voto independentista ya estaría siendo presidente del Gobierno”. A Felipe González le pide que asuma un papel de moderación más allá de la pelea política diaria y a Mariano Rajoy le acusa de buscar las terceras elecciones y de querer tapar la ‘gran corrupción’ de su propio partido centrando el foco en los problemas del PSOE.
Margarita Robles, magistrada del Tribunal Supremo en excedencia especial y diputada independiente del PSOE por Madrid, es como un huracán desatado: con sus razones y sus argumentaciones dispara contra todo aquello que se quiere salir del espacio ético y de la honradez. Pero por esa misma razón, porque no quiere mezclar su vida y problemas personales con la política, rehúsa pronunciarse sobre la indudable mezquindad del presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, que la quiere privar in eternum de su puesto en el Supremo por haberse presentado en las listas socialistas: “Sólo diré que el señor Carlos Lesmes ha estado 8 años en política y yo sólo 2. Lo dejo ahí. Que cada uno saque sus propias conclusiones”.
La número dos de Sánchez manuvo un desayuno con The Experience Club, la mesa de comunicación del Foro Empresarial de Madrid, en el que ha negado que exista un planteamiento de ruptura en el Grupo Parlamentario Socialista con respecto a la abstención en una supuesta investidura de Rajoy. “No es hora de hacer planteamientos de ruptura”, dijo Robles, porque “ahora la posición política del PSOE sigue siendo la del no. Si hay un cambio de tendencia tendrá que ser el Comité Federal el que tenga que explicar por qué cambia el sentido de voto”.
En todo caso, Robles avisa que todo esto no es más que una cortina de humo de Rajoy, “que ha conseguido que se ponga la mirada en el Partido Socialista en el momento que ha salido el juicio por el caso Gürtel y que acaba de estallarle nuevamente en las manos la corrupción en Valencia y la corrupción contenida en la operación Púnica y en Caja Madrid, con las tarjetas black”, estas últimas en Madrid: “El PP quiere en este momento unas terceras elecciones y va a hacer todo lo posible por llegar a ellas, quitando el foco de sus responsabilidades por la corrupción y centrándolo en los problemas del Partido Socialista”.
Robles reconoció en ese desayuno que, efectivamente, “lo que pasó el sábado en el comité Federal del PSOE [el espectáculo dado que llevó a la dimisión de Pedro Sánchez] ha sido lamentable, un desgarro en el Partido Socialista”, agravado por lo que sería una cortedad de visión política de sus dirigentes que habrían hecho un planteamiento de “primero el partido, y luego la nada”. Reconoce, por tanto, que “el Partido Socialista está dividido, es evidente”, pero añade que si la votación que perdió Sánchez “hubiera sido en una urna, probablemente el voto mayoritario hubiera ido en otro sentido”.
En todo caso, la suya ha sido una defensa de Sánchez en el sentido de desmentir las acusaciones que se le hacen de querer estar cerrando un pacto con los independentistas para llegar a la Moncloa. Si hubiera sido así, ha venido a decir Robles, ese acuerdo lo hubiera cerrado en la anterior investidura y desde mayo sería presidente del Gobierno.
Robles siente que puede hablar de forma libre porque “yo soy sociedad civil, no soy política, y porque soy sociedad civil me he incorporado a una partido para cambiar las cosas, y tengo que decir aunque suene presuntuoso que me he incorporado a la política perdiendo mucho dinero”.
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