El elefante, que curiosamente es el símbolo del Partido Republicano en Estados Unidos, es el mayor animal sobre la tierra y si bien su piel es dura y resiste bien la mayoría de los ataques que pueden hacerle, tiene otras características que también encajan en nuestro Jefe de gobierno como son la paciencia y la memoria. Esas dos cualidades las ha desarrollado el político gallego hasta convertirlas en señas de identidad.
A Rajoy, al igual que al elefante, nunca le llamarán el " rey de la selva". Se ve en las encuestas y en las valoraciones que se vienen publicando desde hace doce años. Esasopiniones de la mayoría social no tienen en cuenta la matemática de los hechos, la historia de un hombre que con 24 años se convirtió en el registrador de la propiedad más joven de España, y que dos años más tarde se había pasado al mundo de la política para convertirse primero en diputado en el Parlamento gallego y en 1983 en concejal y presidente de la Diputación de Pontevedra. Conviene no olvidarlo.
El presidente del Gobierno y presidente del Partido Popular es un espécimen político único, difícil de catalogar, difícil de explicar y más difícil aún de entender. Lo ha sido todo en el mundo de la vida pública, con más cargos, destinos y responsabilidades que ningún otro.
Ha sido concejal, diputado y vicepresidente del gobierno en Galicia. Ha sido diputado en el Congreso desde 1986 o lo que es lo mismo, lleva treinta años sentado en uno de los escaños del hemiciclo. Ha sido ministro de Presidencia dos veces, ministro del Interior, ministro de Educación y ministro de Administraciones Públicas. Era una especie de comodín para José María Aznar, que lo utilizaba para superar las crisis internas, ya fueran en el Gabinete o en el partido, que para eso era también vicesecretario general del PP.
Con piel de elefante, pero con la paciencia del proboscidio para no ponerse nervioso y no cambiar el paso, y con la memoria para recordar el lugar de los amigos y de los enemigos y de cual es el recodo del camino mejor para esperarlos. Y vencerlos. Basta hojear las hemerotecas para comprobarlo. Y asusta si se colocan nombres, fechas y datos a un lado, y su solitario nombre al otro.
Cuando otro gallego victorioso como Alberto Núñez Feijóo asegura que el sucesor de Rajoy es Rajoy hace gala de un conocimiento cabal de su paisano y de la prudencia que tienen que tener todos los que se acercan al hombre que se califica a sí mismo como "predecible". Lo es, de la misma forma que lo es el elefante. Lo mejor es no atacarle y si se hace ya pueden apuntar muy bien a su frente y acertar. Si no, a correr.
José María Aznar dice en privado que se equivocó al nombrar a Rajoy su sucesor. La historia creo que va a demostrar que no lo hizo, pese a buscar otros resultados con la designación.
Es verdad que al presidente del PP le costó tres elecciones llegar al poder, pero cuando lo hizo en 2011 lo logró con mayoría absoluta. Y ha estado durante once meses en " funciones", pero con otras dos victorias por medio. Ya le "gana" a Aznar en una y si en febrero mantiene la presidencia del PP ante la falta de rivales estará en condiciones de superar también a su antecesor al frente de la derecha española.
Ya ha ganado a todos, incluido Felipe González y sus casi catorce años de presidente del Gobierno, en acumular poder en España. Ningún líder ha " gobernado" con más autonomías, más ayuntamientos, más diputaciones, más resortes de poder desde los lejanos tiempos de la Dictadura de Francisco Franco, que también era gallego.
Piel dura, paciencia y memoria. Le han querido echar del poder por las buenas y por las malas; desde la confrontación política y desde las estructuras económicas y empresariales. Hasta ahora les ha ganado a todos. Lo miran , leen las encuestas, escuchan a los augures de los medios de comunicación y pierden de vista al hombre que maneja la baraja del poder, el que da las cartas y elige a los jugadores que se sientan a su lado en el Consejo de Ministros y en el Comité Ejecutivo del Partido Popular.
Se lleva muy bien con Angela Merkel de la misma manera que Felipe González se llevaba muy bien con Helmut Kohl. Y estoy seguro que se llevará tan bien con el republicano Donald Trump como lo hizo el ex líder socialista con los republicanos Reagan y Bush padre. Los dos, cada uno bajo una máscara diferente, han manejado los hilos del poder con enorme habilidad: se trataba y se trata de repartir los trozos de la tarta de tal manera que todos quieren un poco más y se queden con hambre.