Patxi López y los que han apostado por él se han quedado sin espacio político. Sus dos rivales les han aplastado. Pedro Sánchez ha ocupado la "izquierda" y Susana Díaz se ha quedado con la "derecha" y necesita el "centro" para ganar con comodidad.
Esta distribución simbólica es tan falsa como la batalla interna del PSOE. Ni Sánchez es más de izquierdas que sus compañeros, ni Díaz representa al ala más moderada del socialismo, ni López está en el centro del escenario interno. Sirve para hacer un mapa electoral en esta primavera de 2017.
Nunca hasta ahora el ex secretario general había levantado el puño para cantar la internacional y sí había intentado formar gobierno con Albert Rivera y Ciudadanos lo que presuponía aceptar su liberalismo económico y sus programas fiscales. Y sin levantar el puño, en Andalucía la presidenta de la Junta convocó elecciones adelantadas para ganarlas, desprenderse de Izquierda Unida y pactar con ese mismo Ciudadanos.
En cuanto al ex lendakari y ex presidente del Congreso su intento de convertirse en el "hombre bueno" de la situación choca de forma directa con sus logros y sus cambios de estrategia: pasó de apoyar a Sánchez frente a Susana a "usurparle" el puesto creyendo que se retiraría. Se equivocó y se equivocaron los que tal cosa pensaron.
Al líder vasco y a los que le apoyan sólo les queda una opción si quieren tener un papel en el futuro del PSOE: elegir entre los otros dos candidatos antes del 21 de abril, antes de que formalmente se convoquen las primarias. Una decisión que conlleva, si son consecuentes y no ponen en primer lugar sus intereses personales, su abandono de la competición y su apoyo a la opción que decidan , bien lo han de forma colectiva o personalmente.
Si eligen apoyar a la candidata andaluza, la victoria de Susana será inapelable y podrá intentar "coser" a un PSOE que hoy por hoy está roto en pedazos. Si optan por Pedro, la ruptura del socialismo español será un hecho, con las Federaciones convertidas en reinos de taifas y la "marca" peleada en toda España. Puede que les resulte duro reconocerlo pero basta con ver lo que está sucediendo en cada uno de los mítines y reuniones que protagonizan los tres para comprobar que la opción López se minimiza cada día que pasa, hasta convertirse en irrelevante.
Tienen más fácil, habrá que repetirlo una vez más, pactar con la aspirante andaluza que con el ex amigo madrileño. Hay margen para que cristalicen las conversaciones de los intermediarios, que haberlos hay, aunque oficialmente no existan. Susana ya ha demostrado que tiene a la historia del partido con ella, y Patxi es parte familiar e importante de esa historia. Pedro es un recién llegado que quiere escribir una historia diferente.
Entre abril y junio los 180.000 militantes que dice tener el PSOE tendrán que decidir que socialismo quieren representar en la España y en la Europa del siglo XXI. No es tarea fácil cuando se mira lo que está ocurriendo en Gran Bretaña, en Alemania, en Francia o en Italia con los partidos "hermanos". La socialdemocracia estaba íntimamente unida al estado del bienestar que se ha puesto en cuestión y hasta en disolución. Por eso Merkel vuelve a ganar a Schulz, por eso May sigue ganando a Corbin, por eso el socialista Valls apoya al centrista Macron, y por eso Renzi tuvo que dimitir.
Nos guste mucho, poco o nada lo que ocurra con el PSOE nos afectará a todos los españoles, a los que les votan y a los que no. Del resultado de esa catarsis que están padeciendo depende el futuro de la política y de los partidos que existen en este momento. Es importante para el mantenimiento del PP como primera fuerza, pero sobre todo para Ciudadanos y para Podemos. Crecer o despeñarse será cuestión que decidan esos 180.000 españoles que se dicen militantes del partido que fundara Pablo Iglesias un dos de mayo de 1879 desde una imprenta madrileña.
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