El doblete de Cristiano devuelve la tranquilidad al Bernabéu
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El doblete de Cristiano devuelve la tranquilidad al Bernabéu

jueves 14 de septiembre de 2017, 19:53h

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El Real Madrid se estrenó en la Champions 2017/18 con una plácida victoria ante el APOEL de Nicosia (3-0) y recuperó la sonrisa gracias a dos goles del jugador luso

El Real Madrid se estrenó en la Champions 2017/18 con una plácida victoria ante el APOEL de Nicosia (3-0) y recuperó la sonrisa gracias a dos goles de Cristiano Ronaldo, que devolvió la paz al Santiago Bernabéu, y de Sergio Ramos, que sentenció a un conjunto chipriota que apenas puso resistencia en su visita a la capital de España tras los empates ligueros de forma consecutiva ante Valencia y Levante.

Cristiano reapareció para apagar el pequeño incendio que se había originado en Chamartín. El portugués, con dos goles, olvidó que sigue castigado en Liga, y emergió para liderar la victoria de un Real Madrid que no encontró rival en el APOEL. Los chipriotas apenas duraron con vida un cuarto de hora en su visita al Bernabéu.

No necesitó alharacas el equipo blanco, ni tan siquiera echó de menos a Benzema, lesionado el pasado fin de semana. Fue Ronaldo quien reclamó los focos en la primera noche europea del curso. El de Madeira marcó el primero y marcó el segundo. Con él en el campo se disipa el discurso de Zidane, que titubea cuando la prensa le pregunta por el '9'.

El luso rompió el hielo con un disparo ajustado al palo largo tras un gran pase de Gareth Bale. El galés, partiendo desde el costado zurdo, fue su mejor socio este miércoles y repitió -hasta en dos ocasiones- el mismo centro sin idéntico desenlace. Entre tanto, Isco ayudó en la elaboración rompiendo líneas de pase como el que despedaza un bloque de mantequilla.

El malagueño fue el hilo que enhebró a un Real Madrid más flojo con el marcador a favor y que tuvo que esperar a la segunda parte, ya sin el lesionado Kovacic, para seguir ampliando su cuenta. El alemán Kroos, que tenía previsto descansar, tuvo que saltar al césped sin que el dibujo cambiase. Mismo orden pero más presencia en el balón parado y en la conducción.

Cristiano se puso manos a la obra con el pitido que reanudó el choque. El portugués, con hambre de goles y partidos, protestó un remate que sobrepasó la línea -pero no entera- y acto seguido se adueñó de un penalti por manos del gallego Roberto Lago. El vigués sacó el brazo en un despeje y el colegiado entendió que la acción debía resolverse en los 11 metros.

El héroe de Concha Espina no falló en la sentencia, abrazó el balón y encontró el eco de su grito en una grada ansiosa por celebrar goles de su ídolo. Con el 2-0 el APOEL se desperezó, pero nunca con la suciente intensidad como para cuestionar la portería de Keylor Navas. Igor de Camargo, su mejor futbolista, buscó acortar distancias a quince minutos para el final.

Para entonces, el equipo de Zidane ya había marcado el tercero con una sensacional chilena de Sergio Ramos. Fue mejor incluso la jugada, en la que el andaluz recuperó el balón, se lo entregó a Marcelo y se sumó al ataque para resolver como si fuese Van Basten. El choque, a partir de aquí, no tuvo mucho más misterio. La única duda pasaba por saber los dígitos finales del luminoso.



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