Ha sido la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, de viaje oficial en Bruselas, la primera en revelar la llamada de Sánchez. Según Díaz, el líder del partido le ha trasladado que está "totalmente de acuerdo" con la petición de Andalucía y otras comunidades de que el Gobierno abra ya la negociación sobre el nuevo modelo de financiación. Además, Sánchez se ha comprometido a hacer "lo que esté en sus manos para presionar" al Gobierno para que haga una propuesta antes de que termine el año.
Desde Ferraz precisan que Sánchez no sólo ha llamado a Díaz, sino a todos los 'barones'. Todos ellos, informan fuentes de la dirección socialista, se han mostrado de acuerdo en que antes del 31 de diciembre el Gobierno debe presentar una propuesta de revisión del modelo de financiación autonómica, como le urgió Sánchez el lunes pasado desde Valencia, tras una reunión conjunta entre la Ejecutiva Federal y la del PSPV.
La dirección del PSOE reconoce que le hubiera gustado que la propuesta del Gobierno hubiera llegado antes que el nuevo Cupo vasco pactado entre el Gobierno de Rajoy y el Ejecutivo vasco, --que conforman PNV y los socialistas vascos-- y que aprobará este jueves el Congreso de los Diputados.
"Pero no podemos bloquearlo", advierten desde Ferraz a las voces del partido que, en privado, se quejan de que Sánchez no haya aprovechado la negociación del Cupo y de los Presupuestos Generales del Estado para forzar a Rajoy a negociar un nuevo sistema de financiación autonómica.
LAS QUEJAS DE ANDALUCÍA, ASTURIAS Y COMUNIDAD VALENCIANA
Los Gobiernos de Andalucía, Asturias y Comunidad Valenciana dejaron entrever este martes su malestar por el hecho de que se vaya a aprobar esta semana un nuevo Cupo vasco mientras sigue pendiente la revisión del sistema de financiación autonómico, el que afecta a todas las CCAA con la única excepción de Euskadi y Navarra, que se rigen por su propio concierto y convenio económico, respectivamente.
En la dirección de Pedro Sánchez admiten que hace tiempo algunos territorios propusieron posponer la aprobación del cupo para hacerlo coincidir con la tramitación del nuevo modelo de financiación autonómica, una opción que se hizo inviable desde el mismo momento en que los proyectos de ley del nuevo Cupo y Concierto económico llegaron al Congreso.
En Ferraz, además, nadie ha defendido siquiera amagar con no apoyar el Cupo vasco, porque supondría abrir un frente innecesario en Euskadi, donde un rechazo del Cupo equivaldría a recoger firmas contra el Estatut en Cataluña, explica a Europa Press un miembro destacado de la dirección socialista.