Son los dos delanteros peores de Europa en estos momentos y en España aún están peor. En la Liga no están ni entre los cuarenta goleadores tras las doce jornadas que se llevan disputadas. No ven puerta y cuando la miran deben verlas tan pequeña y cerrada que deciden tirar los balones fuera. A Cristiano se le nota enfadado o por lo menos actúa como un buen aficionado al teatro. Sus primeros planos tras fallar son dignos del Actor Studio. Benzema, por el contrario, hace gala de una quietud gestual en la que no se sabe si disfruta en los partidos, está enfadado, se quiere ir pronto a casa, o todo junto y con permiso de su máximo defensor que es Zidane.
Los dos delanteros del Madrid tienen plomo en las piernas. Basta con verles en los balones largos que les lanzan para comprobar que la mayor parte de las veces les ganan las defensas contrarias. Y ni uno, ni otro conservan la capacidad de marcharse que atesoraban hace apenas dos temporadas. Ahora juegan, hacen bicicletas, pasecitos y poco más. Con suerte tiran un penalty, lo fallan y en la segunda oportunidad se apuntan un nuevo tanto en sus exiguas casillas de goleadores. Una pena.
En Europa y ante adversarios fáciles se permiten marcar dos goles y festejarlos. Ya veremos cuando en octavos tengan que enfrentarse a los equipos duros de Alemania, Inglaterra y Francia. Miedo da pensar lo que puede hacerle al Madrid el PSG parisino de Neymar y compañía. Allí si que meten goles. Como los mete en España el jugador que se ha convertido en el más caro de la historia del Futbol, Leo Messi, ya con contrato por tres temporadas más tras firmar 30 millones limpios y una cláusula de rescisión de 700 más. Uno de esos disparates a los que nos tiene acostumbrado este deporte.
PS 1.- En el Atlético también golean a domicilio. Griezman y Gameiro hacen doblete ante el Levante para euforia de ese entrenador tan comedido y austero en sus expresiones que es Simeone, los tres a la espera de la incorporación definitiva de Diego Costa en enero.
PS 2.- El Getafe, si gana al español este lunes puede llegar hasta el octavo puesto y dejar de mirar el trasero a su vecino el Leganés. Una rivalidad de segundo nivel pero que enfrenta a los aficionados del Sur de la Comunidad. Pepineros y hambrones que se llaman entre los de los dos municipios desde hace más de medio siglo.