La presión madridista puede con un equipo que venía precedido de más fama que juego efectivo en una Liga mucho menos dura que la española. El 3 a 1 llegó por la falta de puntería de Neymar, Cavani y Mbappé así como la persistencia de Ronaldo y Marcelo,Un penalty sobre Kroos sirvió para darle la vuelta a un marcador que en la primera parte era adverso a los madridistas.
El partido no pudo empezar peor para los blancos cuando en el minuto 33, el centro campista galo, Rabiot, metió un gol. El Real Madrid, que salió presionando muy arriba, dominaba el juego, pero las contras de los franceses llegaban con una cierta facilidad aunque, pare el bien de los merengues, casi siempre con muy poca eficacia. Fueron contadas las paradas difóciles que tuvo que realizar Keylur Navas.
Los madridistas tuvieron mucha suerte de que ni Neymar, ni Cavani ni mucho menos Mbappé pusieron en grave peligro su porteria. Solo los caracoleos y la velocidad de Neymar asustaba un tanto, pero su eficacia final era cero. Y no es que la defensa del Real Madrid fuera demasiado eficaz, sino simplemente que los delanteros del PSG no daban una a derechas ni a izquierdas.
El centro del campo, a pesar de la fama de Verrati era de un genial Modric, el silencioso Kroos y el eficaz Casemiro. Las figuras del PSG además no bajaron ni una sola vez a ayudar a sus medios o a sus defensas, así que la presión madridista fue un arma eficaz que tuvo su recompensa en el penalty de Lo Celso a Kroos a punto de acabar la primera parte. Cristiano Ronaldo no lo falló, empatando el partido en un momento clave.
En la segunda, la tónica siguió siendo la misma. El Madrid controlaba el balón, presionaba arriba -con poca eficacia también en principio- y el PSG se limitaba a las carreras de Neymar, sin que a Mbappé se le viera ningún destello de su velocidad. Al final la presión madridista tenía que dar sus frutos, máxime cuando Zidane hizo tres cambios fundamentales que permitieron mantener la velocidad que había dado a todo el partido, con la entrada de Bale por Benzema, y Lucas Vázquez y Asesnio por los xansados Isco y Casemiro. Eso le permitió mantener la presión muy alta.
Por contra, el entrenador del PSG, el vasco Unai Emery, sólo veía las entradas de un Marcelo que entraba hasta la cocina gala cuando quería. Eso le obligó a cambiar a un delantero como Cavani -que tampoco dio una- por un defensa, Meunier, para tratar de frenar al defensa blanco. No solo no lo conseguió sino que finalmente fue el propio Marcelo el que remató casi a puerta vacia el últio gol del Real Madrid.
Antes había vuelto a marcar Cristiano un gol de auténtico oportunista ante la mrada de unos defensas galos a los que que los últimos diez minutos se les hicieron eternosy a punto estuvieron de tirar la toalla y encajar dos o tres goles más.
El entrenador del PSG, Unai Emery, no se lo podía creer. estuvo a punto de sufrir una humillación parecida a la que tuvo en Barcelona ,cuando los azulgranas encajaron al cllub galo seis goles en el Camp Nou en marzo de año pasado. Así que en la sala de prensa optó por culpar al árbitro Gianluca Rocchi, que "les ha favorecido claramente en momentos clave, tanto en faltas, como en tarjetas", aseguró ante los micrófonos.
"Lo que pasó en el juego no se ha reflejado en el marcador. Es un mal resultado, aunque no merecido. No obstante, tengo mucha confianza en el equipo y vamos a hacer que el Madrid sufra", vaticinó con la mirada puesta en la vuelta del 6 de marzo en el Parque de los Príncipes.
La realidad es que los éxitos del PSG en la Liga francesa, mucho menos dura y competitiva que la española, llegan a engañar y la eficacia del tridente formado por Neymar, Cavani y Mbappé no es comparable a las delanteras de los equipos españoles. Las casas de apuestas mantenian un claro favoritismo con el PSG que ha caido ante la pegada del real Madrid. Ahora nos espera un apasionante encuentro de vuelta el próximo día 6 de marzo, para el que podemos apostar en www.Casino-Movil.es y jugar mientras esperamos que llegue tan ansiado partido.
El equipo blanco además se entusiasma sistemáticamente con la Champions, que consideran ya como su propia Liga europea, despreciando un tanto la española donde no ponen ni tanto corazón ni tantas ganas. Ya les ocurrió en los años anteriores en los que han ganado tres Champions con una presencia mucho más mediocre en la Liga. lo contrario que le ocurre a un Barça que gana con facilidad esta temporada, pero que no da ni mucho menos golpes de pecho en la competición europea. Algo parecido a lo que le ocurre a su propia figura, Messi, que es capaz de todo en los partidos del club, pero que cuando llega a la selección argentina no resuelve con la misma facilidad.