Recurrir a la literatura o al cine para titular un artículo no suele ser la mejor solución, pero en este caso viene al pelo para lo que pretendo sostener. Los editores me piden una visión de cómo estará el periodismo el 2020, pasada casi una década, que es mucho tiempo para las sorpresas. La prospectiva es un arte (más que ciencia) complicado, lo advertía Schumpeter en uno de sus libros más celebrados. Se refería al futuro del capitalismo en 1940, y lo veía complicado, casi negro, con los datos del momento; o pero… no obstante, señaló, la capacidad de regeneración del sistema, de reconversión, pudiera hacer que fuera viable de otra forma.
Nos sirve para el periodismo; el panorama hoy se ve complicado; no acaba de aparecer lo nuevo con marchamo de viabilidad, pero tampoco desaparece lo viejo, lo agotado y sin futuro. Solo sabemos decir que el periodismo será distinto, más abierto, más complejo, más digital, más ciudadano.
Algunos dicen que a los diarios de papel les quedan pocos telediarios y que a los telediarios clásicos les quedan pocas emisiones. Que todo va a ser distinto. Es probable, pero de lo que tengo plena seguridad es de que el 2020 habrá muchos ciudadanos, más que nunca, interesados en saber lo que ocurre y de entenderlo. Y para eso necesitan información y criterios, datos, hechos y argumentos. Y que esa es la tarea de los periodistas de toda la vida, del periodismo profesional del siglo XX que tan importante ha sido para el avance y el progreso de las sociedades democráticas y la transformación de las otras.
Los problemas actuales del periodismo tienen que ver con las nuevas tecnologías y con nuevas demandas sociales, pero también con un cierto abandono de las exigencias del periodismo profesional, con un cierto olvido o relegación de las reglas del oficio, de la profesión, que se viene produciendo durante las dos últimas décadas.
Por eso digo que “en busca del tiempo perdido” me viene al pelo. El periodismo del 2020 si es periodismo será del bueno, del que trata de contar la verdad, de verificar los datos y hechos, de servir de plataforma de debate público, de construir relatos interesantes y completos. Periodismo pata negra, que no ha sido el preferido de los editores, incluso de los periodistas estos últimos años, seducidos por la pasión por el espectáculo o por el interés de parte. Sin retorno a la esencia (digital, tecnológico, multimedia…) no habrá periodismo el 2020. Y como eso no es posible, salvo catástrofe universal, habrá periodismo del bueno.
(*) Fernando González Urbaneja es presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM)
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