Permítanme que me presente, mi nombre es Carlos Paredes, un indignado más. A diferencia de otras muchas personas que escriben aquí, yo no soy ningún dirigente como muchos de ellos. No tengo ninguna capacidad de decisión sobre ningún partido político, sindicato, organización gubernamental, o no gubernamental. No soy un erudito en economía, sociología, medicina, arte, o ninguna materia de gran trascendencia para la humanidad. ¿Quién soy yo entonces para escribir junto a tan grandes, ilustres y significativos nombres? Un honorable miembro del videoclub de la esquina (hasta que lo cerraron), un respetable usuario del metro… y del autobús cuando no queda más remedio (odio no tener nunca claro donde se encuentra la siguiente parada). Uno de tantos que se echa las manos a la cabeza cuando llena el depósito del coche y descubre que llenarlo, cuesta un poco más. En resumen: un ciudadano, uno de tantos que padece los desmanes cometidos muchas veces por todos esos grandes nombres con quienes ahora tengo el “honor” de compartir tribuna en este escrito. Y perdóneme el lector por las comillas, sin duda deliberadas, pues si honorable es compartir tribuna con los grandes, no lo son así tanto la mayoría de sus decisiones.
Sería difícil para mí hablar del futuro sin mencionar el pasado, ya saben aquello que decía “de dónde venimos, a dónde vamos” y para hacerlo, o mejor, mientras lo hago, permítanme también extender desde este capítulo a otros, mi corto brazo (recuerden que soy un ciudadano normal y a los ciudadanos normales cada día nos fabrican con los brazos más cortos…o incluso sin brazos) y repartir algún que otro cachete o sonoro porrazo, a más de una y uno, dignas y dignos mandatarios.
A Don Mariano (Repasando un poco de historia y actualidad)
Hola, Don Mariano, ¿Qué tal está? sé que anda usted por aquí, en otro capítulo (desconozco cual). Iré directo al grano (los ciudadanos normales somos así, siempre con el tiempo justo ¿Qué le voy a contar?) ¿Se acuerda de aquellos años lozanos con el gobierno de Aznar? Sí, sí, el señor Aznar... un señor con bigote, no, no tiemble, he usado bigote en singular, “el bigotes” ya sabemos todos que no es el señor Aznar. En fin, respire hombre, que me refiero a… ¿Su antiguo jefe? No sabría decirle seguro. Bueno, sí, sí sé seguro que era su jefe de entonces, lo que no sabría es si ahora… en fin, no me haga caso, recuerde, que sólo soy un ciudadano más.
Que tiempos cuando estaba usted aquí sacando al país de la crisis. ¡Y qué crisis aquella!, ¿verdad? Recuerdo que era yo casi un chaval… y en cambio ahora… oiga, ahora que lo pienso, pero… ¿Cuántos años lleva usted dedicado a esto? ¿Se ha planteado alguna vez lo de “renovación”? Cualquiera diría que usted no sabe hacer otra cosa en la vida. Pero yo sé, que eso, no es verdad, que los políticos no se profesionalizan, que son auténticos representantes del pueblo y por eso rotan dejando que siempre ocupe el mejor preparado cada lugar, que no tienen intereses creados, ni negocian apoyos a cambio de nada (y mucho menos a cambio de interés personal), y que siempre escuchan a la gente, a sus necesidades, que toman buena nota de ello, y que obran además, siempre en consecuencia. ¡Es una broma hombre!. O bueno, tal vez no, en fin, usted que lleva en esto toda la vida sabrá.
Gracias a ustedes aprendí tantas cosas… todavía recuerdo yo casi con nostalgia, la primera vez que vi un anuncio de televisión con publicidad institucional. Me acuerdo que llamé a mi madre y todo, para contárselo “Mama, que ha salido un anuncio en la televisión hecho por el gobierno” “Anda, hijo, no digas tonterías” Pues sí, Don Mariano, no sabe lo que me sorprendió aquello de que el gobierno necesitara publicidad. Lo que son las cosas… ahora el gasto en anuncios supera muchas veces al presupuesto de lo que se pretende anunciar (Sí, Don Mariano, donde depende de ustedes también pasa) Se lo digo sinceramente, ustedes que inventaron esto, a veces me sorprenden cuando hablan de “austeridad”
Oiga, ¿Y lo de generar empleo? ¡Pero que manera de generar empleo con ustedes! ¡Que barbaridad! ¿No se acuerda? Sí hombre, si estuvo genial, ¿Cómo lo llamaban…? Ah, sí, ya me acuerdo “Trabajo basura” Que mala idea ese nombre, un invento de los de siempre para desprestigiarles, ¿verdad? Apenas nadie padeció en este país un “Trabajo basura” ó un “Contrato basura” Sí, lo sé, ahora me van a decir ustedes que es que no había otra alternativa, (¿Y ahora tampoco? Luego volveremos sobre este tema, al final…) que es eso o nada… que o cobrábamos menos, o no se podía generar empleo. Como asustan los fantasmas del pasado, ¿Verdad?
De política medioambiental y solidaridad, mejor ni hablar. La última vez que estando usted en el poder se acercó un petrolero con problemas, en lugar de socorrerlo, lo restregaron ustedes por toda la costa primero, intentaron colarlo en el país vecino después y dejaron por último que se les hundiera en el fondo del mar. Bueno, no lo dejaron así sin más… pero muy fácil para que atracara tampoco es que se lo pusieran. Por cierto, que se hundió en Galicia y llegó el chapapote hasta Francia, anda… que menudo ejemplo de política medioambiental. Eso, por no hablar de su espíritu solidario, se nos caían los lagrimones a los españoles viendo como corrían ustedes al socorro de un barco en apuros ¡Que es broma hombre! Con el sentido del humor que tienen ustedes... Si yo sé, que con aquello no hubo problema porque después hubo dinero, y eso ratifica su magnífica gestión con el petrolero. En fin, supongo que como ciudadano normal que soy, no entiendo (supongo) de los grandes asuntos complejos.
Y sobre solidaridad… Permítame que se lo diga, con ustedes si que vamos a mejorar ¿Qué nivel de aplicación efectiva tiene eso de la ayuda social y la ley de dependencia donde ustedes gobiernan? O bueno, donde gobernaban, porque de unos días para acá parece que gobiernan ustedes en casi todas partes. Se lo digo, porque me consta de multitud de gente que se muere antes de que le llegue la ayuda. Ah, ya lo sé, que no hay dinero… sin embargo, ¿Se imagina que me negara yo a pagar mis impuestos porque no tengo dinero? Supongo que si no tengo dinero, podré dejar de pagar el IVA, por ejemplo, o el IRPF, o… no sé, los impuestos sobre carburantes cuando necesite echar gasolina. Ya, ya sé, si echo gasolina o compro, (aunque sea comida, y aunque no me quede más remedio que coger el coche para por ejemplo ir a una entrevista de trabajo) es porque tengo dinero, pero bueno, también ustedes siguen cobrando su sueldo, que por cierto, también sale de mis impuestos ¿Se imagina que nos negáramos los ciudadanos a pagarles por un problema de falta de presupuesto?. ¿Saben ustedes algo de las ancianas y ancianos que mueren abandonados por el estado en diferentes residencias, mientras sus familias se ven obligadas a vender todo lo que tienen para poder pagar sus cuidados? Porque eso está pasando. Sí, de verdad, un día me llama y nos damos una vuelta por diferentes residencias junto a la presidenta o presidente de “su comunidad” me refiero a las comunidades donde vienen ustedes tradicionalmente gobernando, ya verá. Eso, por no hablar de aquellas personas que mueren solas en sus casas y se enteran los vecinos por el olor. Desagradable, ¿verdad? Supongo que por eso no hablan nunca del tema, no sólo ustedes, muchas veces tampoco los medios de comunicación.
Y ya que estamos con asuntos sociales, hay algo que le quería preguntar… ¿Qué opinan los homosexuales que militan en su partido de su postura frene al matrimonio homosexual? Siempre sentí curiosidad por ese tema… ¿Les han hecho a ustedes algo los homosexuales? No, no me refiero a los de otros partidos, me refiero a los del Partido Popular ¿Algún problema de la infancia, quizá? Parece que nadie tiene ningún problema con este tema salvo ustedes… (hablo de política, claro)
Ustedes, cuando estuvieron la vez anterior en el gobierno vendieron todo lo vendible, y lo que no vendieron ustedes, lo están vendiendo los de ahora, ¿Seguro que no son amigos?... Pues… Como sigan así, para cuando le toque ser presidente (si le toca) no les va a quedar nada que privatizar. ¡Fíjese, hasta la lotería va a ser privada ya! Bueno, y en Madrid, el agua… ah, no, rectifico, su gestión, ah, no rectifico, sólo un porcentaje (Supongo que el porcentaje que da dinero)
Gracias a ustedes, a su estancia en el gobierno, ahora telefónica es una empresa privada y gran multinacional que puede permitirse despedir a unas seis mil personas aun dando beneficios record (eso sí que es ayudar a España). Yo siempre me he preguntado quién compraría algo que no es rentable… y al mismo tiempo, si algo es rentable, porqué motivo se vende. No se lo tome a mal… es que luego me recortan las pensiones y me dicen que no son sostenibles, que el estado no las puede pagar… Claro, como las pensiones salen de los salarios… y ya ve usted lo que pasa con quienes cobran uno… vamos, lo normal.
Usted, señor Rajoy, que podía haber votado en contra en el primer trámite de la reforma de las pensiones y sin embargo se abstuvo, se perfila como posible nuevo presidente del gobierno.¿Y dice que de verdad me va a ayudar? Ya, ya sé, que la mejor política es la del empleo, ¿Cómo lo del “trabajo basura” que nos enseñaron a los “españolitos de a pié” cuando gobernaron la otra vez? Claro, de ahí pocas pensiones pueden salir… no me haga repetirle otra vez el párrafo de un poco más arriba. Aunque… es verdad, tienen pensado ayudar a las PYMES y a los autónomos. Permítame que le cuente un secreto, Don Mariano, a usted, y al actual presidente del gobierno (Hola, Don José Luis, en un momento estoy con usted) Si toda su política de empleo se basa en conseguir que la gente cobre menos por el mismo trabajo, (sí, lo sé, se llama competitividad, pero.. ¿A qué así explicado suena mal? Pues no les quiero contar lo que es padecerlo) y además su objetivo fundamental es flexibilizar el mercado laboral (Sí, eso de despedir a la gente más fácilmente, para que se vea obligada a aceptar las condiciones que les pongan) Si hacen ustedes eso, la cantidad de dinero que va a tener la gente para poder gastar, va a ser menor… y el señor de la zapatería que es autónomo, y que a lo mejor tiene incluso ¡tres zapaterías! Va a vender menos zapatos, porque como la gente va a tener menos dinero en su salario, va a tener menos para poder gastar. Pero señor Rajoy, lo que más miedo me da, no es eso, lo que más miedo me da, es que ustedes, lo que quieran es que haya menos contratados, y más autónomos trabajando para una gran empresa. Gente que tiene menos derechos (incluido menos derecho al paro) y que dependería de un gran cliente que le podría además explotar como quisiera (es lo que tiene, si el mayor porcentaje de tu facturación depende de un cliente, difícil lo tienes para negociar). Eso, es lo que me da más miedo, y sinceramente, no me fío nada de usted, no por nada, es que a ustedes ya les tuvimos en el gobierno, y hombre… siendo muchos los mismos de entonces… no sé exactamente en qué han podido cambiar.
¡Don Mariano!. Hay tantas cosas para hablar con usted… o incluso para no hacerlo. Desde implicados en casos de corrupción abanderando listas en su partido. (Esos si que tienen que estar muertos de risa), hasta aquello de “Nos metemos en la guerra de Irak porque lo digo yo, y punto, que para eso soy el presidente del gobierno” Sí hombre, lo de su jefe ¿No se acuerda? Anda que… aquello si que fue un ejercicio de cultura democrática. Oiga, y… ¿Es ese el modelo de dirección que buscan ahora para España?
Un abrazo, Don Mariano, le desearía suerte, pero somos los ciudadanos los que la vamos a necesitar.
A don José Luis, (Por ahora, presidente del gobierno) un pequeño repaso del pasado y el presente
No sé si tutearle… es que la “izquierda” siempre me pareció como más socarrona y más dada al “compadreo” bueno, no lo haré, no se vaya a pensar que le dispenso un trato diferente al del líder de la oposición. Lo sé, usted es presidente del gobierno y él no. No haya rencillas hombre, que él es persona igual que usted, o al menos, político y supongo que eso incluye lo de persona también… No, no es que esté de broma, es que como los políticos nunca hablan con los ciudadanos (bueno, mentira, una vez cada cuatro años nos piden el voto, pero vamos, poquito más) pues… no tengo claro si son ustedes personas o no… sobre todo “los importantes” porque a ver, sabemos que hay más que nunca salen en la tele, pero como tampoco les dejan nunca hacer nada, pues… En fin, que como ya he dicho en este texto, sólo soy un ciudadano normal, (y de brazos cortos o sin brazos, que ahora nos fabrican ustedes así) y los ciudadanos normales tenemos estas dudas, ¿sabe?
Verá Don José Luis, vamos a hacer un poco de… ¡Es que no me sale! Lo siento, la verdad es que no puedo, perdóname el tuteo, de verdad que no es falta de respeto, ¡Si tú eras mi ojito derecho! ¡Ay! ¡Rey moro! ¡Con lo que yo te quiero! Me dejaste en casa con mi madre y casi sin sustento. Tenemos tantas cosas que perdonarnos tú y yo, querido presidente del gobierno. ¿Te acuerdas cuando sacaste lo del ministerio de la vivienda? Que divertido fue. ¡¡Nos regalabas una chancleta para ir a buscar piso!! Anda que no nos reímos con eso. ¿Te acuerdas cuando decíais tú y los tuyos “la economía va como un tiro” mientras las hipotecas llegaban a los treinta y cuarenta años? Si es que sois unos chistosos… que buenos ratos de risas hemos pasado tú y yo. Mira, querido mío, luego, te haré un regalo, bueno… será un regalo compartido, que estamos en crisis, y no quiero envidias entre partidos…
La Crisis… ¿Te acuerdas de cuando vino la Crisis? Si hombre, esa señora tan fea… si se pasó no sé cuanto tiempo anunciando que venía a vernos, ¿Cómo no te vas a acordar? Sí, lo sé, que no se puede estar en todo, aun así, pregúntale a Rajoy y a los suyos, ya verás, estuvieron (y creo que siguen) llevándole la agenda. Que si la Crisis llega el viernes… que si tú no sabías nada… que si la Crisis ya estaba aquí, que si es americana… que si no tiene pasaporte… que si carece de nacionalidad… que si tal y que si cual, como os lo pasabais de bien en el congreso, que entrañable era veros discutir siempre lo mismo. Oye, y que al final vino y ahora no hay quien la eche, la de cosas feas que te ha obligado a hacer la Crisis esa, ¿eh?
¿Te acuerdas cuando subiste los impuestos especiales sobre alcohol, tabaco y carburantes? Mira, sobre los dos primeros, no digo nada, porque entiendo que no son artículos de primera necesidad, pero sobre los carburantes… ¿Te acuerdas cuando un año y pico antes todos los transportistas se te pusieron en huelga por el precio del combustible y tú decías que era imposible bajarlo, que es que eso dependía del mercado? Ay… el Dios Mercado… luego hablaremos de él, de momento, déjame que te “felicite”, pillín, que bajar los carburantes no se podía, pero subirlos después sí. Si es que… como decía mi abuela “¡vales un Potosí!” ¿Y cuando subiste el IVA? ¿Te acuerdas? Con lo que nos hemos reído juntos tú y yo, cómo no voy a tutearte, si es que son todo gracias las que nos has hecho.
Mira, no pienses mal, yo sé que ser presidente es muy difícil, y no quiero que otros políticos malos te digan cosas feas en el congreso, así es que, te voy a contar un secreto… verás…
Cuando dejas las SICAV sin tocar, aun sabiendo que muchas de ellas pueden ser fraudulentas, (sí, esas donde tributas al 1%) pero le subes los impuestos a quien menos tiene, y además les dices que es por su bien, que no queda otro remedio para salir de la crisis, mientras para rematar la jugada resulta que cobras un dinero (no sólo tú, como tú todos los demás) que sale del bolsillo de esas mismas personas, la gente se enfada. Si además, en tu fantástico mundo de escaños calientes y reuniones anodinas vas de progre por la vida, diciendo ayudar a esas mismas personas que padecen con más fuerza tus subidas de impuestos, al final, lo que consigues es que esa gente no sólo se enfade, incluso, puede que se indigne, ¿O es que piensas que una subida del 2% en un producto afecta igual al que cobra 1000 euros que al que cobra 10.000? ¿Y la gasolina? ¿Crees que afecta igual al que no le queda más remedio que coger el coche para ir a trabajar y tiene que pagarla de un sueldo de 1.000 euros que al que pasea por hobby en un flamante deportivo que se compró con su última extra de navidad? ¿Y los pensionistas? Hablemos un momento de las jubilaciones congeladas y alargadas por orden del Fondo Monetario Internacional. Bueno, espera, ¿No ha sido el FMI?, entonces ¿Quién? ¿Ha sido tuya la iniciativa? José Luís, que mal fondo, de verdad… o…¿De quién? ¿Quién fue el primero que lanzó esa piedra? Entiéndeme, no es nada personal, si yo, en mi humilde condición de ciudadano, poco puedo hacer, (Ya le he explicado al lector el problema que tenemos los ciudadanos con la longitud de nuestros brazos), pero claro, venir a llenarse la boca con la palabra democracia (que hay que ver lo que os gusta), y que luego la gente no pueda saber quién decide realmente las cosas… es un poco contradictorio ¿no?
Volvamos a los jubilados. Oye, les habéis congelado las pensiones y además habéis retrasado la edad de jubilación. Que feo, ¿No? Si es que… eres un izquierdista nato. Claro, que después hablaremos de lo que es la “izquierda” y lo que es la “derecha”. Dime una cosa… ¿Le afecta igual a una señora viuda que vive con 500 euros al mes la subida del IVA o del carburante (que subir el carburante es subir el transporte) que a ti, que vas con chofer y coche oficial? Y quien te menciona a ti, menciona a las clases más pudientes del país (sí, las de las SICAV).
Bueno, y ahora sí, el momento de hacerles un regalo.
El MILAGRO ESPAÑOL (Suena tan bonito….)
A continuación le presento al lector la gráfica de cómo ha evolucionado el precio del metro cuadrado construido en España desde el año 1995 hasta el año 2009, los datos los saqué del ministerio de la vivienda (Cuando había ministerio de la vivienda)
Esto, es lo que el Partido Popular y el PSOE nos regalaron a los ciudadanos. “Su legado”(uno de tantos), si se me permite la expresión.
El Partido Popular sentó las bases, y el PSOE no hizo nada por cambiarlo después, de hecho, leyendo la gráfica, parecería que nunca hubo cambio de gobierno (al menos, en lo que a la vivienda se refiere) Luego, supongo que estos dos señores (sí, Don Mariano y Don José Luis) se sorprenderán de que la gente diga PPSOE. Ah, sí, se me olvidaba, ahora el precio de la vivienda baja… como el empleo, como la concesión de créditos, como los salarios, como el poder adquisitivo… en fin, que el precio de la vivienda no es lo único que baja.
Bueno, pues ya lo saben, el milagro español consistió en hacer subir el precio de las casas hasta que fueran necesarios cuarenta años de hipoteca para pagarse una, y conseguir así que se hinchara una tremenda burbuja inmobiliaria
Permítame el lector que le señale un texto.
Artículo 47. Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.
Sí, es la constitución y lo sé, yo tampoco contengo la risa cuando lo leo. Como Don Mariano y Don José Luís, a ellos también les pasa (Lo de la risa). Pero esperen, que les voy a señalar otro texto todavía más divertido.
Art. 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios;
Es la declaración universal de los derechos humanos (Para troncharse de risa). Como verá el lector, nuestros políticos de uno y otro partido, están fuertemente comprometidos no sólo con la constitución, también con la implantación de los derechos humanos. Eso sí, luego nos encanta hablar de ello. Que si la constitución cumple años, que si hay que honrarla, que si en tal sitio no se cumple con los derechos humanos, que si algo habrá que hacer desde el estado… Ya les digo, les encanta hablar del tema, sobre todo, si es para darse bombo y boato.
Para rematar este y otros disparates, los ciudadanos tenemos en el poder a diferentes partidos menores, que sirven para consolidar esto y lo otro, según venga a cuento, y que con sus apoyos de una y otra guisa, nos traen también todo lo que ahora tenemos. Ya saben que por ejemplo, la reforma de las pensiones no sería nunca posible sin el apoyo de CIU, y sin el desinterés del PP y algún que otro partido, que en lugar de votar en bloque en contra, permiten que pase… (pero eso ya lo había mencionado, creo)
También disponemos si somos asalariados, de dos sindicatos. (Ya, ya lo sé, que no son sólo dos, que hay muchos más… pero como parece que los únicos que deciden son dos sobre todos los demás…) y si somos empresarios, tenemos a la patronal.
La patronal, como cualquier ciudadano puede observar, ha sido siempre soporte de pequeñas empresas y emprendedores. Si uno quiere iniciar una actividad en un barrio cualquiera, y montar por ejemplo, una peluquería, ahí ha estado siempre la patronal dándole asesoramiento y soporte. Es increíble el esfuerzo realizado por la patronal para evitar el cierre de pequeñas empresas y emprendedores. Pregúntenle a cualquier autónomo, ya verán… Al panadero, al del bar, o al de la tiendecita de ropa o de la zapatería… O mejor, pregúntenle a alguien que esté pensando en iniciar actividad. Son tremendas las ayudas de la patronal.
Los sindicatos
Siempre comprometidos con la lucha obrera y con el interés de los trabajadores, donde nadie se profesionaliza ni goza de ventajas especiales y donde por supuesto, para tener independencia, no se aceptan fondos venidos del gobierno. (Como en la patronal, no se vayan ustedes a pensar).
Al final, todo se resume, en que se reúnen un representante de la patronal, y dos representantes de los sindicatos, o mejor dicho, un representante de cada sindicato (que sí, que hay más, pero que por lo visto sólo cuentan dos), y entre estos tres señores, deciden la norma laboral de todos los españoles. Estos tres señores, tienen como objetivo llegar a un acuerdo, supuestamente satisfactorio para todas las partes… pero si no llegan a uno, no pasa nada, ellos siguen cobrando su sueldo igual. Ya vendrá el ministro o ministra de turno a legislar… sí, uno de esos que dirige un ministerio, me refiero a uno de esos señores que hace cosas como lo de la gráfica que hemos visto un poco más arriba. Si es que ellos sí que son de grandes ideas…
En fin, Don José Luis, y Don Mariano, un placer haberles saludado, perdónenme ahora si me pongo serio, no dirigiéndome a políticos es algo que puede hacerse, aunque se hable de ustedes.
Ahora, sí. Ahora, habiendo desgranado un poco el pasado, y viendo que realmente lo de la indignación es una moda pasajera y sin motivo (como muchos políticos piensan) que todo fluye perfectamente en este país, que el poder adquisitivo de la mayoría no hace más que aumentar, y que tenemos cubiertos todos los servicios básicos como por ejemplo el de la vivienda, el de la jubilación y todos los sistemas de protección social,
es cuando puedo lanzarme y exponer, mi visión de la España del 2020
España 2020
He intentado hacer hasta el momento, un texto distinto de los aburridísimos textos de los partidos políticos, siempre interesados en contar lo buenos que son ellos y lo malos que son los demás. Un texto que explique cosas de manera sencilla, sin grandes datos y sin apenas hemeroteca, echando mano de lo poco que queda en la conciencia de la gente, o que al menos, debería quedar. Algo que pueda entender cualquiera sin grandes conocimientos de economía ni sociología. Sí, la crítica es feroz, pero ante la realidad se queda corta visto el tamaño de los acontecimientos. No sabría explicar con palabras el drama de quien tras perder su casa, se ve obligado no sólo a buscar refugio entre familiares o amigos, si no muchas veces a la indigencia, mientras el banco le tasa el bien hipotecado por el 50% de la deuda y le reclama el resto que le queda todavía por pagar. El drama de que asuntos sociales, ante la incapacidad de pago, te quite a tus hijos por no poderlos mantener, no se puede describir con palabras. Familias deshechas como consecuencia de una legislación realizada fundamentalmente por el PP y el PSOE, con el apoyo interesado de algún que otro partido nacionalista. La crítica es feroz, pero pequeña.
Votamos una vez cada cuatro años para dar patente de corso a quienes salgan elegidos, que además luego, pactarán entre sí como mejor les parezca con independencia de lo que puedan pensar los ciudadanos, y lo peor no es eso, lo peor es que somos dominados por nuestros propios corsarios. No existe ninguna vía de participación por la cual los ciudadanos podamos pronunciarnos en la vida política. Cuando los partidos elegidos, haciendo arrogante uso de “la legitimidad” que les concede el voto, toman decisiones contrarias al interés común de la ciudadanía, no existe manera de pronunciarse. Sí, podemos retirarles la patente de corso en las siguientes elecciones para dársela a otro que pacte con ellos, o que nuevamente vuelva a hacer lo que le de la real gana. Claro ejemplo que podría ponerse al respecto es el retraso en la edad de jubilación que en estos momentos se está sacando adelante, o la guerra de Irak No hay nada en ningún caso, que la ciudadanía pueda hacer. Las ILP, las iniciativas de legislación popular, son echadas a bajo por sus señorías con una simple votación. Lo que a los ciudadanos les cuesta meses o años para reunir firmas, ellos lo derrumban en apenas segundos.
Se habla de la “clase política” y a todo el mundo parece darle igual, cuando la política debería provenir de ciudadanos y no de “clases” o estamentos. Vivimos con tecnologías del siglo XXI pero no tan alejados de un sistema medieval. Nuestros “representantes” no son conscientes del impacto de sus decisiones, ni de los miles de dramas que originan con sus leyes (interesadas la mayoría de las veces) a una enorme parte de la sociedad. Se aposentan en sus sillones, generando sus redes de contactos, y jubilándose muchas veces (cuando lo hacen) en grandes compañías que ellos mismos privatizaron con anterioridad. Establecen redes de contactos que les permiten llegar a todas partes durante, y después de su ejercicio del poder, mientras los ciudadanos normales, no llegamos a ningún lado por más que reclamemos.
Es común un complicado entramado burocrático que muchas veces lleva al ciudadano a desistir de la solicitud de ayudas cuando estas existen, o lo que es peor, cuando al ciudadano le llega la información, cosa que no siempre sucede, porque si bien hay enormes gastos por parte del estado en publicidad, especialmente si son obras o inauguraciones, no existe una figura que de una atención clara, concisa y directa al ciudadano cuando va a solicitar una ayuda. Es habitual tener a los ciudadanos recorriendo en un triste y absurdo peregrinar distintas administraciones, haciéndoles caer en auténticas espirales de burocracia que muchas veces, los ciudadanos ni entienden ni tienen porqué comprender. En resumen, mucha publicidad, mucho marketing para que sepamos que eso lo promueve tal o cual, pero poca practicidad para hacer efectivas las ayudas.
No hay ningún interés por la ciudadanía cuando pasa el periodo electoral. Ningún político se acerca a mitad de legislatura a preguntar a los ciudadanos qué opinan sobre tal o cual tema. Y lo que es peor, tampoco permiten que los ciudadanos se acerquen a ellos.
Muchos de ellos no saben hacer otra cosa en la vida, llevan ahí desde siempre, desde que volvió la democracia a este país, año tras año, da igual si fracasan o triunfan, cobrando del bolsillo de todos mientras nos devuelven sus nefastas gestiones.
Habrá quien de esto se salve, pero poca salvación tienen para mí quienes ejecutaron las políticas del pasado y ejecutan las del presente, siguiendo de manera continuada estando ahí. Partidos en los que los diputados votan en bloque sin ningún tipo de criterio más que el impuesto ¿Por quién?. Esa es una pregunta que algún día sería interesante responder. ¿Por los asesores? ¿Y quienes son esos asesores y quienes les han votado? ¿Quién decide las posturas de los partidos? Visto desde afuera, parece que el criterio propio queda anulado.
La España del futuro, viendo la España del pasado, es una España muy negra para la mayoría de los ciudadanos. Posiblemente se recupere el empleo, a costa de reducir el poder adquisitivo de los salarios ¿Hasta cuánto estará la gente dispuesta a trabajar más por cada vez menos? No sabría contestar. La medicina pública será un poco menos pública, de copago. Erradicarán aquello de la solidaridad (la economía no entiende de valores humanos) en un mercado laboral cada día más agresivo y cambiante (ya lo están haciendo). Las políticas económicas no las marcarán los estados, las marcarán los bancos (ya está empezando a pasar) el Banco Central Europeo, y el Fondo Monetario Internacional. (Se me permita mencionar el “pacto del euro”) Los ciudadanos nos veremos obligados a pelear más entre nosotros, y a prestar menos atención a los políticos que cada día serán más libres y más autónomos de la opinión popular para servir con mayor fidelidad a los grandes bancos que serán quienes les marquen el camino a seguir. Viviremos peor, esa es la verdad. Habrá nuevas tecnologías y nuevos avances en medicina, para el que los pueda pagar. No será como ahora. Lo que ha sucedido con la vivienda, empezará a pasar con el resto de cosas. Ya pasó con el arroz, o con el tomate, y pasa con los alimentos cada vez más.
Ni tan siquiera es economía lo que vivimos, es una sucia estafa claramente egoísta e interesada. No se comprende, que Rodrigo Rato, después de las fuertes críticas que ha recibido por su gestión al frente del Fondo Monetario Internacional, por no saber prever en un puesto de máxima responsabilidad, la crisis que ahora padecemos, obtenga como premio a su incapacidad de previsión la dirección de Caja Madrid. (Y ese, es sólo un ejemplo) Cabría preguntar bajo qué criterios se elige a los directores del Banco Central Europeo o del Fondo Monetario Internacional. Lo mismo sucede con las agencias de calificación de riesgos. Las mismas empresas privadas que daban la máxima calificación en el año 2007 a lo que sólo unos días después llamarían “bonos basura”. Sin embargo, esa gente que no quiso o supo hacer su trabajo, tiene hoy en día capacidad para hundir o salvar estados. ¿Cuándo les han elegido los ciudadanos? ¿Somos realmente libres como nos dicen? ¿Es esta la democracia que defienden nuestros políticos? Son preguntas que es obligado hacerse.
Pero la realidad, es aun peor, al disminuir el poder adquisitivo de los salarios, disminuirán las compras hacia el comercio, y tener un puesto de venta, será más difícil todavía. Lo mismo la hostelería y el resto de PYMES. Las únicas con solvencia para mantenerse serán las grandes multinacionales que se irán concentrando cada vez más en menos países (donde puedan vender con más facilidad). Irán buscando la mano de obra barata allá donde trabajen, sin ser capaces de entender que si la mano de obra cada día es más barata, la gente no tendrá dinero para poder pagar sus propios productos o servicios. Pero todo eso dará igual, porque cogerán sus beneficios, irán a la bolsa, y ganarán especulando lo que no ganan con las ventas. Los beneficios no repercutirán en absoluto en la población, pero como siempre, eso dará igual.
Si además, el sueldo de los funcionarios baja indefinidamente, llegará un momento en que pase como en otros países, donde es imposible vivir con un salario sin más, y los casos de corrupción se generalizarán. Lo mismo la delincuencia o la inseguridad. Luego, dirán que hay que combatir esa inseguridad con leyes más duras o con mayor represión policial, cuando el origen de la misma está muchas veces en la pobreza que ellos mismos generaron.
No es casual que el sueldo más extendido sean mil euros al mes. Se nos dice continuamente, “es que hay que formarse más” mientras resulta que la generación mejor formada de la historia tiene más de un 40% de paro cuando quiere ponerse a trabajar. No es un problema de formación, es un problema de voluntad política y de fiscalidad. De tramos de IRPF, de no gravar más a aquellos que más pueden, de... de saber escuchar, una cualidad que nuestros políticos, si algún día tuvieron, perdieron hace años.
Nos están exprimiendo, están destruyendo las clases medias de este país. Nos ahogan con sus normas fútiles en beneficio de siempre los mismos. Es un sistema cerrado con mal futuro que escapa incluso a su control. Son inútiles títeres en manos del dinero. Son fosilizados reyes anclados en escaños marchitos. Dicen que esto es la democracia, permítanme que me ría. Hay lugares donde se está peor, estamos de acuerdo, pero eso no les justifica para hacer lo que hacen. No les elegimos para que nos pongan como referencia a África (donde habría que ver el grado de responsabilidad real que tienen los políticos de occidente en lo que está pasando), les elegimos para que mejoren nuestras condiciones de vida, cosa que desde luego, no saben o no quieren hacer.
Aumentarán los índices de pobreza en el país, y aunque la renta per cápita suba, porque unos pocos ganen muchísimo más, la mayoría ganaremos cada vez menos. Los derechos laborales, en manos de unos sindicatos fútiles serán poco a poco abolidos, (ya está empezando a pasar) Como consecuencia del “búscate la vida” que nos quieren implantar” y del “todo lo que te pase es culpa tuya que no has sabido hacer uso de tu libertad” irán destruyendo poco a poco la autoestima de la mayoría de la población, y los casos de depresión aumentarán considerablemente. Ya en el año 2009, según un artículo publicado por le ministerio de trabajo, la depresión se perfilaba como segunda causa de baja laboral en España y se advertía de que en los próximos años sería la primera. Pero nada de eso importará, porque las farmaceúticas harán “el agosto” vendiendo antidepresivos y eso también moverá la economía. (La Diosa Economía) Es común ya, sobre todo entre gente joven, el escuchar “no, esta noche no salgo, estoy mal” En lugar de salir y compartir los problemas con sus amigos, se quedan en casa, aislados, rumiando su propio malestar, porque el discurso de “lo que te pase es tu problema y de nadie más” va estando cada día más interiorizado en la sociedad. El individualismo, un individualismo bien vendido y mal usado, que no llega a ser verdad. La única realidad del individualismo que ahora vivimos, es que el individuo, es el ente más débil de cualquier sociedad.
Si no somos capaces de revertir la situación que se nos viene encima, ¿Qué pasará? ¿Es este el futuro que queremos? ¿El del trabajo basura? ¿El de la especulación inmobiliaria? ¿El de políticos inútiles manejados por los grandes poderes financieros?
¿Nadie se ha preguntado nunca quienes son los poderes financieros? Con nombres y apellidos. ¿Quiénes forman el FMI y el BCE? ¿Quiénes toman ahí las decisiones y de dónde vienen? ¿Quiénes les eligen? ¿Quién es realmente Europa y el parlamento europeo?
Y sobre la globalización ¿Nadie se pregunta por qué no se globalizan los salarios en la Europa actual? ¿Por qué no se globaliza la facilidad para acceder a una vivienda o a la sanidad? En un mercado común, se globaliza todo, menos los beneficios.
Sin embargo, ahora, tenemos Internet. Un sistema de comunicación que permite que ciudadanos en extremos opuestos del mundo con una misma inquietud, puedan llegar a ponerse de acuerdo. Ahí es donde se darán las batallas. En el control de la información. En impedir que se le ponga freno a la libertad de expresión. Incluso los viejos sistemas de comunicación tradicional, la prensa o las televisiones empiezan a claudicar ante Internet, donde cualquiera puede ser espectador y actor al mismo tiempo. Cualquiera puede convertirse en emisor de opinión o de información. Las anquilosadas estructuras que funcionaron en el pasado están dejando de funcionar. Internet hace a todos los ciudadanos iguales, desde el presidente del gobierno hasta un humilde jubilado pueden competir como emisores válidos de información, consiguiendo seguidores y siendo seguidores a su vez de otros. Manipular la información es mucho más complicado cada día que pasa. Sembrar opinión, también. En la medida en que se vaya imponiendo este medio, serán cada vez más las opiniones de todos las que cuenten.
Están naciendo nuevas estructuras, estructuras desestructuradas, si se me permite la expresión. Gente que sin afiliación ni cuota, sin estatutos ni líderes, ante un mismo problema decide unirse para buscar una solución. No les persigue la ambición personal como a muchos diputados, ni el dirigir nada. Les persigue la necesidad (no es poco lo que acabo de contar) de desarrollo. Es común que la relación entre políticos y ciudadanos sea más estrecha en los pueblos pequeños, donde se conocen todos, y más distantes cuanto mayores son los núcleos urbanos o incluso, cuando vamos subiendo en las instituciones. Internet cercena de raíz eso. Internet permite que un alcalde de una gran ciudad, si lo desea, pueda atender peticiones de los ciudadanos. Él, o su equipo. Internet permite a todo el mundo interactuar por igual, sin distinciones de clases o rangos. Cualquiera con capacidad para abrirse un sencillo blog tiene capacidad para llegar a ser líder de opinión e influenciar con sus ideas a los demás. Pero es mucho más que eso. Permite que además, el resto de gente pueda contrastar la información en igualdad de condiciones con respecto a quien la emite.
Tenemos que parar la España del mañana, la España que nos quieren hacer llegar. Se impone un cambio de paradigma, donde los ciudadanos dejemos de ser meros espectadores de lo que deciden unas elites bajo falsos sistemas de esta mal llamada democracia y podamos actuar. Los índices de desarrollo de los países deberían medirse no sólo por la riqueza que tienen (como ahora), si no por cómo se distribuye esta. La calidad de vida no viene dada por la cantidad de millones que factura un país, si no por las condiciones de vida de sus ciudadanos. Deberían valorarse más las modas, y menos las medias. Es decir, valorarse más cuales son las rentas más abundantes en un país y como crecen estas, que la media realizada entre las más ricas y las pobres. Se me permita poner un ejemplo. Si de cuatro personas una tiene un millón de euros y el resto no tiene nada, la media será que cada uno de esos individuos tiene un cuarto de millón en el bolsillo… sin embargo, nada más alejado de la realidad. Si este individuo que tiene un millón lo invierte y duplica, la media saldrá de medio millón de euros por persona… cuando de lo que estamos hablando es de un señor que tiene dos millones mientras el resto pasa hambre.
El dinero no puede ser el único valor de cambio. Países que se presupone tremendamente pobres, como puedan ser algunos países africanos o de Latinoamérica son en realidad tremendamente ricos en recursos naturales. Mucho más que los llamados “países ricos” Sin embargo, sus habitantes viven en condiciones que muchas veces rozan la miseria (cuando no la superan ampliamente hacia abajo) aún teniendo al alcance de la mano todo lo necesario para vivir. Debemos replantearnos el valor real que tiene el dinero. De qué sirven los billetes cuando no tienes nada más. Si los llamados “países tercermundistas” se pusieran de acuerdo, occidente pasaría muchísima necesidad.
Se utiliza el dinero, no como valor de cambio, si no de manera mucho más perversa, como forma de control sobre la sociedad. Se busca el endeudamiento constante de los estados, las personas, y todo lo que se pueda endeudar. Es el negocio del siglo. Los estados nunca han sido tan frágiles como ahora frente a los poderes financieros. No es casual que cuando deja de aflorar el crédito el mundo deje de fluir. Está pensado así. Quien domina el crédito domina todo lo demás. Los grandes problemas de estos días son los llamados “rescates” o “ayudas” de los estados. Cuando en realidad se trata de préstamos que concede la banca privada a altos intereses y que, desde luego, piensan recuperar. La misma banca, que irá poco a poco poniendo condiciones a través de distintos dirigentes políticos, para que los estados “puedan” devolver el crédito a costa de reducir servicios como educación o sanidad, disminuyendo con ello las condiciones de vida de los ciudadanos, pero dando más dinero a la banca, que podrá invertir en nuevos “rescates” o en nuevos créditos a ciudadanos individuales, sobre los cuales a su vez, impondrá condiciones y pautas de conducta que afectarán por siempre a sus vidas para poder devolver a su vez el dinero recibido. Es una maquiavélica pero eficaz forma de control. Lo dominan todo mediante la deuda, mediante el dinero. Hasta el último rincón.
El dinero se impone a la vida en multitud de lugares del mundo. No es aislado el caso de personas que mueren por no poder pagarse tal o cual tratamiento. Unos trozos de papel o metal son más importantes que la vida humana. Y eso, por hablar del dinero “metálico” la mayoría de las veces, el dinero es algo tan tonto como un número en una base de datos.
Ningún arma ha matado nunca tanto como el dinero, ninguna religión consiguió nunca tantos y tan fieles adeptos, ningún régimen consiguió nunca gobernar con tanta soberbia y con tanta impunidad. Se han pervertido los valores iniciales de cambio a los que servía y se utiliza como forma moderna de esclavitud. Ahora sabemos que con lo que se ha invertido en los rescates bancarios se podría haber solucionado el problema del hambre en el mundo, pero a nadie le importa. Lo importante ha sido que los mismos bancos que determinan nuestras condiciones de vida mediante la deuda, puedan seguir funcionando, entre otras cosas, porque sin ellos, no habría forma de control sobre el resto de la humanidad.
¿Cuántos directivos bancarios perdieron su puesto de trabajo como consecuencia de la crisis? Gente que supuestamente sabe de números y de economía, que nos ha conducido a una de las peores crisis de la historia de la humanidad, no sólo se mantiene en sus puestos de trabajo, si no que continúa decidiendo sobre los demás. ¿Cómo es posible esto? Sólo se me ocurre una explicación, no son expertos en economía, ni les interesa ver un país crecer o a la gente poderse desarrollar, son meros egoístas que no entienden de más números que los propios. Gente inconsciente que carece de empatía, (como cualquier psicópata) que ha convertido la economía en una forma de vida desprovista de valores humanos.
Siempre he pensado que la vida es más sencilla cuando las personas se ayudan entre sí que cuando pelean unas contra otras. Sin embargo, poco interesa esto a los grandes gobernantes del mundo (no, no a aquellos políticos que supuestamente conforman los gobiernos, tontas marionetas en manos del dinero. Me refiero a quienes manejan el dinero de verdad). Cuanto más dividida esté la sociedad, más sencillo será manejarla. Ese es el individualismo real, o mejor dicho, la realidad del individualismo. Nos dicen que hay que pelear para mejorar.
Es un pensamiento arraigado ya entre nosotros, el de la necesaria competencia como símbolo de mejora, sin embargo… en lugar de encauzar esa pelea hacia las grandes metas como pueden ser el desarrollo tecnológico, científico o social que ayuden a la humanidad a tener una vida mejor, lo encauzan a que los humanos peleen unos con otros en un circo diseñado de antemano y necesario para el control de las personas. Me gustaría poner un ejemplo: Dos equipos de científicos investigan contra el cáncer. Ambos tienen información relevante, pero ninguno la comparte con el otro, porque el primero que encuentre la cura se llevará la patente y por tanto un buen dinero gracias al desarrollo del nuevo medicamento. Mientras ambos equipos compiten, las personas van muriendo afectadas por diferentes tumores. Si en lugar competir entre sí, ambos equipos compartieran la información y se distribuyeran el trabajo… pero de eso no entiende la economía moderna. La economía moderna sólo entiende de competitividad. Y este, es el más burdo de los ejemplos.
Ojalá fuera cierto que la competitividad se encamina a promover I+D+i. La verdad es mucho más triste que eso. La competitividad, tal y como la entienden los gobiernos, se encamina la mayor de las veces, a producir más barato, y eso, atraviesa casi siempre por reducir los salarios, disminuir los derechos laborales, y obligar a que todos peleen contra todos para que quién pueda escoger tenga más facilidad en meter la mano en los diferentes mercados y sacar de ellos a las personas a quienes mejor pueda explotar. En realidad, el sistema es redondo, ni tan siquiera es necesario que tal o cual multinacional explote a tal o cual persona, con desregularizar el mercado laboral, los trabajadores se explotan solos compitiendo unos contra otros, con tal de conseguir un puesto de trabajo.
No es sólo que no haya democracia real… es que tampoco existe la llamada libertad. La libertad existente es la preconcebida. Se nos ponen distintos caminos ya fabricados para que elijamos entre ellos, nada más. Se desprestigia o aísla a quienes rechazan los caminos puestos ahí por... ¿la sociedad? ¿Y quién maneja la sociedad? ¿De verdad nadie? Hay legislaciones que tienen efectos en la sociedad de un estado… ¿Y quién hace esa legislación? Sigan ustedes tirando del hilo… a mí ya, me duele la cabeza.
El mileurismo es una realidad en nuestro país.
El paro alcanza cotas desorbitadas
No hay previsión alguna de que suban los salarios, más bien de que bajen.
La vivienda sigue siendo inalcanzable para muchos.
Sin dependencia bancaria (Créditos) la sociedad no funciona, y.. ¿Quién controla a los bancos?
No hay vías legales para que los ciudadanos influyan en las decisiones de sus políticos.
Los políticos que van saliendo elegidos pueden hacer lo que les de la gana hasta las siguientes elecciones (donde casualmente salen o los mismos, o los que estaban antes que ellos, es decir, los mismos de antes)
Con este panorama, construya usted mismo la España 2020
PS. Invito al lector a meterse en Internet, buscar datos concretos, cruzar información, y elaborar esto mismo con números y referencias concretas. Puede que no sobreviva al susto.
(*) Carlos Paredes forma parte del movimiento Democracia Real Ya