Aplastado por Podemos y sin querer renunciar s sus siglas, aunque fuesen dentro de la llamada Unidad Popular, se enfrenta ahora a la renovada necesidad de cambiar si quiere salvar la larga historia del partido al que pertenece y que no es otro que él PCE. aunque éste tenga como responsable directo a José Luís Centella.
El calendario electoral puede cambiar las fechas, pero entre abril y mayo debería celebrarse la XI Asamblea de Izquierda Unida en la que plantear los pasos a seguir y en compañía de quién. Tanto IU como antes el PCE necesita un cambio en la Ley electoral que no le penalice y que permita a sus seguidores tener en las Cortes la representación que de verdad tiene en toda España.
Ser tercero o cuarto en las distintas circunscripciones electorales le llevan a perder todos sus votos, a que los que les apoyan sientan que su creencia y su esfuerzo no sirven para nada. Se pensó en 1977 para fomentar el bipartidismo y evitar la dispersión de muchas siglas, también para poder ejercer el poder d ella misma forma que se hizo en la Restauración borbónica y en la mayoría de los países de nuestros entorno: dos formaciones mayoritarias que se alternarían periódicamente en el poder. En el caso español con la colaboración de los partidos nacionalistas catalanes y vascos.
Garzón conoce a la perfección todo ese mecanismo, su gran problema es ahora la existencia de otra fuerza que encabeza su amigo y antiguo colaborador Pablo Iglesias y que se llama Podemos; una fuerza que ha conseguido romper la barrera de los 22 escaños que consiguiera Julio Anguita, y que pretende quedarse de forma hegemónica con todo el espectro electoral de la izquierda española.