El Ministerio Fiscal pide siete años de cárcel para Aziz Zaghanane y Hicham Jdey por delito de colaboración con organización terrorista, tres años para Annas Balla y Mouhssen Balla por autoadoctrinamiento, y un año y seis meses de cárcel por enaltecimiento para Ana Marilu Reyna.
Según su escrito de acusación, se trata de una estructura perfectamente jerarquizada que había asumido los idearios del Estado Islámico y que su fin era crear un grupo entre la comunidad musulmana para adoctrinarle en la causa salafista radical. En la cúspide de esta red se encuentra Zaghanane, quien llegó a lograr la condición de 'Sheik'.
El líder llegó incluso a prohibir donar sangre a los musulmanes de Pinto aduciendo que esa sangre podía ir destinada "a salvar vidas de infieles". Igualmente publicó en sus cuentas de redes sociales cantidad de imágenes, comentarios y vídeos (algunos de ellos editados por él mismo) ensalzando el Estado Islámico e incitando a la yihad masculina y femenina.
CONTACTO CON TERRORISTAS EN ZONA DE CONFLICTO
Aziz ejercía un "permanente control" sobre Hicham, con el que puso en marcha la labor de captación, creando para ello un whatsapp denominado 'Musulmanes de Pinto'. Hicham incluso llegó a tener en su poder las llaves de la mezquita, disponiendo del uso de las instalaciones para lograr la cohesión del grupo y poder realizar los entrenamientos físicos con el fin de prepararse para la acción terrorista.
Fue de esta forma como consiguieron embelesar a los también acusados Anas Balla y Moussen Balla, quienes comenzaron un proceso de adoctrinamiento pasivo principalmente a través de las redes sociales. En sus respectivos perfiles interactuaban con otros radicales en zona de conflictos y compartían abundante material violento.
Así, en las publicaciones de Annas se observan comentarios a favor del Daesh y de su amigo Said Al Hsaini, que murió haciendo la yihad en Siria. Moussen, por su parte, también compartió vídeos tales como masacres donde aparecían cadáveres desmembrados o un recital de un líder del Islam que prohibía la música tildando a una famosa cantante árabe de prostituta.
BUSCABA UN MARIDO MUSULMÁN
El fiscal precisa en su escrito que Moussen llegó incluso a gestionar la adquisición de fondos de la mezquita de Ciempozuelos, de la que tiene la custodia, mientras que de la quinta y última acusada argumenta que desde el año 2010 "ha tenido como única preocupación encontrar un marido musulmán".
El fiscal acuerda para todos ellos, a excepción de Aziz Zaghanane, que una vez cumplidas las dos terceras partes de la pena, se les sustituya el resto por la expulsión del territorio español con prohibición de regresar a España.