El presidente blanco y su Junta están obligados a ganar. Por prestigio, por capacidad económica, por dinero gastado en fichajes
Primero fue el “independentista” Girona el que le amargó la mañana del domingo al presidente del Real Madrid. Una derrota inesperada que vuelve a alejar al equipo de Solari de la conquista de la Liga, otra vez a nueve puntos del Barcelona y por detrás del Atlético de Madrid. Sueños rotos para un conjunto que mereció perder y perdió, sin centro del campo, con la defensa como un coladero y una delantera que apenas causó peligro al portero rival.
El Girona jugó al futbol y posicionalmente Eusebio le dió un buen repaso a Solari, que no supo reaccionar y que, cuando lo hizo, empeoró la situación. Los blancos salieron a jugar con la soberbia de los grandes frente a los pequeños y se encontraron con que David le dió en toda la frente a Goliat y le derribó. Florentino Pérez recibió la bofetada en su propia casa. El somingo empezaba muy mal.
Por la tarde el encargado de dar el segundo manotazo al presidente, tambien en su propia casa, fue el Barcelona de baloncesto. Mucho mejor que sus compañeros del futbol los jugadores de Laso pudieron ganar. Perdieron la ventaja que llevaban, lograron el empate en el último minuto pero perdieron en la ampliación del encuentro. Por la mínima, con mucha tensión, con los nervios finales al ver que se les volvía a escapar el trofeo que deseaban y ante los mismos de los últimos años.
Florentino y su Junta están obligados a ganar. Por prestigio, por capacidad económica, por dinero gastado en fichajes. Perder siempre es malo para los blancos, que se han acostumbrado a ganar fuera, en Europa, lo que pierden dentro. Una forma de tapar los errores y la falta de juego en lo que a futbol se refiere. Los cambios de entrenadores son parte del problema pero no la base real de los mismos, que son varios e importantes. Entre ellos la necesidad de nuevos jugadores que signifiquen una nueva etapa, más allá de los negocios económicos que acompañan a los fichajes millonarios en el mundo del futbol.
Centrado en la remodelación del estadio y en la financiación de los 600 millones que necesita el presidente del Real Madrid parece que se ha olvidado que la razón de todo está en las competiciones deportivas en la que participa. Se construirá un bello monstruo en el centro de Madrid, un centro en el que el deporte será una parte más del proyecto, con su hotel, sus restaurantes, su centro comercial. Algo que mostrar a los miles de visitantes que encontrarán en el futuro Bernabeu un nuevo destino turístico. ¿Y el deporte?. ¿Puede el equipo de futbol mostrar las carencias que muestra año tras año?.