El presidente de Ciudadanos no solo se niega a rectificar su estrategia política duramente criticada por varios de los fundadores del partido y por los poderes fácticos que le ayudaron a crecer, sino que sigue ahondando en lo parece ser un “camino a ninguna parte” salvo que le ocurra como a Pedro Sánchez y que un milagro le convierta en ganador.
El “no es no” del dirigente socialista, que también fue duramente combatido por propios y extraños que auguraron su derrota, es el lema escogido ahora por Rivera convencido de que es la única manera de abrirse hueco en el panorama político español. Claro que si a Sánchez le salió bien su no a Rajoy nada parece hoy indicar que el no de Rivera a Sánchez le vaya a abrir camino hacia La Moncloa. El tiempo lo dirá
Rivera aprovechó el Consejo General extraordinario convocado con urgencia para asegurar que está más vivo que nunca y que su plan consiste en desmontarle el plan a Sánchez que, según él mismo, consiste en arrinconar a los constitucionalistas a los que “se les llega a insultar, se les criminaliza y se les llega a considerar fascistas a la mitad de España". El dirigente naranja sigue considerando, a pesar del rechazo de Podemos y de los independentistas a votar la investidura de Sánchez, que el plan del presidente en funciones sigue siendo pactar con esos grupos. No es el único porque también el secretario general del PP, Teodoro García Egea, afirma que no se van a abstener para darle la investidura a Sánchez porque al día siguiente haría un gobierno con Podemos y los catalanistas.
La sangría que está sufriendo Ciudadanos no parece afectar a Rivera que ha tomado nota de las fugas y ha extendido el Consejo General a 50 miembros -para demostrar que tiene gente suficiente y que sigue creciendo- donde ha metido a los fichajes que hizo durante la campaña
electoral como el ex presidente madrileño del PP, Angel Garrido, el ex presidente balear José Ramón Bauzá (PP) o el ex director general de la Guardia Civil, el socialista Juan Mesquida,. Entran también el portavoz de C's en las Cortes de Aragón, Daniel Pérez, o el consejero
de Deportes de la Junta de Andalucía, Javier Imbroda.
Destaca en la nueva dirección de Ciudadanos, el abogado del Estado Edmundo Bal -exjefe del departamento Penal- que fue cesado por el Gobierno de Sánchez al negarse a firmar el escrito de la Abogacía del estado en el juicio contra el Procés en el que desaparecía el término
violencia en la actitud de los independentistas. Entra también la activista gitana Sara Jiménez, otro de los fichajes estrella de Rivera.
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