Mientras Francia continua denunciando la actitud agresiva del presidente Erdogan en el Mediterráneoontinúa denunciado la actitud agresiva de la nación euroasiática en el MediterráneoFrancia continúa denunciado la actitud agresiva de la nación euroasiática en el MediterráneoFrancia continúa denunciado la actitud agresiva de la nación euroasiática en el Mediterráneo
Este miércoles, y totalmente por sorpresa, una delegación turca de alto rango encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, y el ministro de Finanzas, Berat Albayrak, en la que también participaban el jefe de Inteligencia, Hakan Fidan; el embajador turco en Libia, Sarhan Aksan; el portavoz de la Presidencia y varios asesores y consejeros del mandatario Recep Tayyip Erdogan. visitó la capital libia, Trípoli, para reunirse con las autoridades del Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj, según informa Henar Hernández en Atalayar.
En el encuentro, según ha revelado la Oficina de Medios del GNA, el objetivo fue abordar nuevas formas “de desarrollar la cooperación bilateral” en el marco del Memorándum de Entendimiento firmado el pasado noviembre. El presidente del Consejo Supremo del Estado -un órgano del GNA-, Khaled al-Mashri, señaló que la visita se realizó para “ayudar a poner fin a la rebelión y extender la autoridad del Estado libio a través del GNA sobre todo el territorio”, para preparar después “la fase posterior a la estabilidad” que concluiría con la celebración de elecciones para “completar el proceso político”, una hoja de ruta en la que no estará presente, “en ninguna etapa”, el mariscal Jalifa Haftar, comandante de la facción rival, el Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés). Por su parte, el jefe de la diplomacia de la nación euroasiática declaró que también se había discutido “un alto el fuego duradero” y “una solución política” a la guerra civil.
En el plano económico, el corresponsal de Middle East Eye, Ragip Soylu, informó de que en la agenda estuvo el regreso de las empresas turcas a territorio libio para completar su trabajo y el establecimiento de mecanismos de cooperación e integración en los campos de inversión, infraestructuras y petróleo. “La visita tenía como objetivo discutir el inicio de proyectos de desarrollo en Libia en los ámbitos de economía, seguridad y en la esfera militar, así como en comercio, educación e infraestructuras, como la construcción de puentes y sitios residenciales públicos y privados”, añadió el medio local Libya Observer.
Cabe mencionar, en este punto, que para este miércoles -antes de conocerse el viaje sorpresa a Libia- estaba previsto que Cavusoglu se reuniera con su homólogo italiano, Luigi di Maio, en Ankara. Roma, partidario tradicional del GNA, había reforzado su cooperación con la nación euroasiática en los últimos tiempos de cara a mantener su posición en suelo libio una vez terminara la guerra, pero el movimiento de última hora realizado por Turquía podría debilitar este vínculo, ya que el reemplazo de Di Maio por Sarraj en la agenda de Cavusoglu podría significar que Ankara no está dispuesta a compartir su influencia con ningún otro actor, y que prioriza, ante todo, sus intereses en territorio libio, sin contar con nadie más. Sin embargo, habrá que esperar a ver cómo evoluciona la relación entre Turquía e Italia, en un tablero cada vez más complejo con numerosos conflictos de intereses.
El viaje de la delegación turca a Libia se produce casi dos semanas después de Erdogan y Sarraj anunciaran la victoria militar sobre Trípoli, que había sido asediada durante los 14 meses anteriores por las fuerzas del LNA. En esta quincena, se han ido conociendo nuevos detalles de la cooperación entre Ankara y el GNA, que incluye, por ejemplo, que Turquía construya dos bases militares en territorio libio o la explotación de los recursos energéticos del país, como el petróleo y el gas, que se halla en grandes cantidades en la costa libia, en aguas del Mediterráneo oriental.
Así, con la reunión de este miércoles, la nación euroasiática parece estar convencida de que su aliado, el GNA, ya ha ganado la batalla, puesto que ha comenzado a planificar su futuro en suelo libio. Pero nada más lejos de la realidad. Los combates se han intensificado en los últimos días en Sirte, una importante ciudad petrolera ubicada en la costa libia a 400 kilómetros de la capital. La localidad, uno de los feudos de la facción rival, el LNA, se erige como un punto geoestratégico clave que podría dictaminar el ganador final de la guerra civil. Tanto es así que los socios extranjeros de las diferentes facciones han incrementado sus operaciones en torno a la ciudad: en el bando del GNA, Turquía está movilizando a sus tropas, junto con los mercenarios sirios que ha ido enviando en el último año de conflicto -más de 13.000-; mientras que en el LNA, Egipto ha desplegado a su Ejército en la frontera con Libia con capacidad inmediata para intervenir, Chad ha enviado a 1.500 soldados y Francia ya está realizando vuelos de reconocimiento sobre Sirte, con cada vez más frecuencia.
Se recrudece la tensión con Francia
Esta semana, la brecha en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) protagonizada por Turquía y Francia se ha abierto más que nunca. En un comunicado del Elíseo francés, se denunciaba esta semana la actitud “intolerable” e “inaceptable” de Ankara en Libia, con las sucesivas violaciones del embargo de armas que pesa sobre el país norteafricano desde el año 2011. Este miércoles, París volvía a denunciar a la nación euroasiática por “acosar” a uno de sus barcos mientras realizaba una misión de la Alianza en el mar Mediterráneo, incluso llegando a pensar que era “inminente” un ataque con misiles. “Este caso es, a nuestros ojos, muy serio. No podemos aceptar que un aliado se comporte así: hace esto contra un barco de la OTAN bajo el mando de la OTAN que realiza una misión de la OTAN”, criticó la ministra gala de Fuerzas Armadas, Florence Parly. Un alto funcionario militar turco ha rechazado todas estas acusaciones, según ha podido saber Reuters.
Y en la reunión que se celebraba en la misma jornada entre los ministros de Defensa de la OTAN, un oficial del Ministerio francés volvía a pedir a la Alianza que no ignorase el comportamiento de Ankara: “Hemos conocido momentos complicados, pero no podemos pretender que no hay un problema de Turquía en la OTAN. Tenemos que verlo, decirlo y gestionarlo”. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Agnes von der Mole, añadía en esta línea que la nación euroasiática “es el principal obstáculo para lograr la paz y la estabilidad en Libia”. Por su parte, su homólogo turco respondía que “es el apoyo brindado por Francia al mariscal Haftar el principal obstáculo para lograr la paz y en la estabilidad en Libia”. La escalada dialéctica entre las dos potencias sigue imparable. Habrá que ver, entonces, si la OTAN es capaz de resolver esta crisis que se ha producido en su seno y, en caso afirmativo, cómo lo hará.