Miedo a perder el chollo

El argentino, ahijado en un país al que odia, se creía que leyendo la prensa amiga solo iba a encontrar noticias que le hicieran feliz, pero al llegar a la sección de Internacional del periódico oficial se topó con la desagradable sorpresa de que Italia va a decidir en un referéndum reducir en un tercio el número de Senadores y Diputados, e inmediatamente pensó que como en España suceda lo mismo va a encontrarse en un par de años cantando “Chúpame la minga Dominga” con un ukelele en la calle Preciados, porque después del tiempo que lleva ganando un buen sueldo no le apetece regresar a la Universidad donde los profesores tienen unos salarios de mierda.

La lectura que ha hecho de esta iniciativa el diputado de Podemos es que “los fachas italianos quieren reducir el número de políticos para que el pueblo esté peor representado” y esta frase habría que enmarcarla porque, para hacerse una idea de la calidad de nuestros representantes, bastaría con hacerles una foto, repasar su currículo y certificado de antecedentes penales o escuchar algunas de sus intervenciones.



Cuando a un político no se le cae de la boca la palabra “pueblo” para hablar de los que pasan necesidad mientras él vive en el privilegio permanente, además de falso es un indecente, porque ese pueblo al que tanto alude seguirá estando representado en el número de diputados que proporcionalmente le corresponda a cada formación política sin necesidad de mantener con sus impuestos a los que ya no estén.

Ojalá que esta pandemia provoque una revolución imparable en el mundo civilizado para exigir a la clase política que se apriete el cinturón y que adelgace los costes que suponen mantener a miles y miles de cargos públicos viviendo con sueldos intolerables mientras el paro aumenta y los hombres y mujeres, niños y ancianos viven cada día en peores condiciones.

Si un referéndum similar al que se celebra hoy en Italia tuviera lugar hoy en España ganaría el SI por goleada, y esa es la razón por la que el killer motorizado al servicio de Pablo Iglesias, está que echa los dientes contra la iniciativa que han tomado nuestros vecinos.

Aunque mi crítica va dirigida a Pablo Echenique que es el que ha escupido el tópico tonto de los fascistas italianos, estoy convencido que diputados y senadores de los otros partidos aprietan el culo cada vez que escuchan que pueden quedarse sin su chollo porque en lo único que coinciden todos es en que quieren seguir viviendo como marqueses.