|
Boris Johnson mostrando la vacuna que ya ha empezado a inyectar a los británicos. |
Boris Johnson, el funambulista antieuropeo
jueves 10 de diciembre de 2020, 05:41h
La pandemia y el brexit le han puesto al borde del abismo, pero ha conseguido vacunar a los británicos mucho antes que la mastodóntica Unión Europea
El estrambótico primer ministro británico, Boris Johnson, se mueve en la cuerda floja desde que llegó a Downing Street y a pesar de que no gana para sustos se muestra como un experto funambulista que siempre consigue mantenerse sobre el alambre ...hasta ahora.
Nadie daba un duro por Johnson cuando nada más aparecer la pandemia de Covid 19, el propio primer ministro y su ministra de Sanidad, Nadine Dorries, contrajeron el virus tras varias reuniones multitudinarias de ambos sin tomar las medidas necesarias. El propio Boris estuvo al borde la muerte y reconoció que “todo podría haber ido para un lado como para otro”.
La pandemia ha golpeado muy fuerte al Reino Unido en medio de constantes críticas contra la gestión del gobierno británico que ha conseguido reponerse a varias dimisiones y ceses provocados tanto por el Covid19 como por el otro grave problema que no acaba de resolverse, el brexit.
Al ministro de Transportes, Grant Shapps, le pilló el primer confinamiento decretado por Johnson en Baleares donde pasaba sus vacaciones de verano y tuvo que guardar cuarentena antes de volver a entrar en territorio británico. Al principal asesor del primer ministro, Dominic Cummings, le pillaron haciendo un viaje al norte del Reino Unido violando todas las normas decretadas.
Cummings, que fue uno de los organizadores de la campaña del brexit, ha tenido que dejar Downing Street después de que se desatara una profunda batalla interna en el seno del gabinete del primer ministro sobre la manera que había de encarar la ruptura definitiva con la Unión Europea.
Los dirigentes europeos ya están convencidos de que el Reino Unido no va a cumplir las cláusulas del brexit firmadas hace casi un año y que tendrán que enfrentarse a una ruptura brusca sin ninguna garantía. Los propios medios de comunicación británicos no dan crédito a las piruetas políticas que da Boris Johnson intentando encontrar una salida.
El principal problema sigue siendo el cierre de las fronteras entre las dos Irlandas, pero también Gibraltar o los acuerdos bilaterales que podría firmar con los países europeos, saltándose a la dirección de la UE en Bruselas.
La derrota de Donald Trump en Estados Unidos también ha hecho tambalear el alambre sobre el que se mueve Boris Johnson, pero todo parece indicar que ha conseguido enseguida reconducir la situación para estrechar lazos con el ganador de las elecciones Joe Biden, sin más problemas.
El primer ministro británico ha ganado, además, la batalla de la vacuna contra el Covid19 a la mastodóntica Unión Europea que no conseguirá las primeras vacunas hasta enero, por lo menos, mientras que en Gran Bretaña ya se ha vacunado a varios miles de ciudadanos y se espera que este mismo mes lleguen hasta dos millones más de dosis de la farmacéutica norteamericana Pfizer. Este hecho da la razón a los británicos que afirmaban que la Unión Europea se ha convertido en una inmensa moles donde la burocracia lo domina de tal manera que a veces paraliza cualquier decisión.
Al parecer, ya está prevista la distribución de otras vacunas. A finales de noviembre, el primer ministro se fotografió sosteniendo un frasco de la vacuna Oxford / AstraZeneca, conocida como AZD1222, en las instalaciones de la farmacéutica india Wockhardt. en Wrexham (Gales del Norte), que llegó a un acuerdo con la multinacional AstraZeneca para producir un millón de vacunas en sus instalaciones, solo para su uso en Gran Bretaña..
Inglaterra se cargó la monarquía absoluta 130 años antes que lo hiciera la burguesía francesa con un Lord protector llamado Oliver Cromwell (1649-1658) que dirigió al ejército que invadió Escocia, Gales e Irlanda, poniendo los primeros ladrillos a lo que luego sería el Imperio británico. Eso si, nada más morir, sus sucesores exhumaron de la tumba su cuerpo, lo ejecutaron y colgaron su cabeza en lo alto de un poste clavado a la entrada de la abadía de Westminster.