Alberto Garzón y Pablo Iglesias.
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Alberto Garzón y Pablo Iglesias.

Iglesias y Garzón quieren convertir UP en un partido

martes 15 de diciembre de 2020, 02:07h

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Enfrentados a la realidad de la España de 2020 y a la Europa que aprueba ayudas directas e indirectas de dos billones de euros desde el BCE, Pablo Iglesias y ALberto Garzón creen que Unidas Podemos debe transformarse en un único partido político. No inventan nada, repiten usos y costumbres de hace un siglo

Lleva la izquierda europea 100 años debatiendo si el mejor camino para cambiar la sociedad y hacerla más justa y más libre es la socialdemocracia o el comunismo, ya sea éste el de Trotsky, el de Stalin o el que alumbraron de la mano Enrico Berlinguer, George Marcháis y Santiago Carrillo en la década de los setenta, y que presentaron en sociedad con ocasión de las primeras elecciones democráticas en España a mediados de 1977.

Cuatro Internacionales no han sido suficientes y en esta ultima década parece que desde España con Pablo Iglesias y Alberto,Garzón en Unidas Podemos y hasta hace meses desde Grecia con Alexis Tsipras y Syriza, los tataranietos de Carlos Marx y Federico Engels quieren ensayar una quinta para ver si consiguen lo que no consiguieron las cuatro anteriores: el fin redel capitalismo.
En las dos primeras se oficializó primero la ruptura con los socialdemócratas ( acusados de traidores y de ser simples administradores del capitalismo ) y los comunistas y anarquistas que acababan de tomar el poder en la Rusia de los zares. La Tercera se convirtió en un instrumento de Stalin tras la II Guerra Mundial y los equilibrios de la Guerra Fría entre Occidente y Oriente con el Muro de Berlín como punto de encuentro y separación de ambos mundos. Y la Cuarta tuvo la pequeña vigencia de la vida de su fundador, León Trotsky, quien muerto por el piolet del español Ramón Mercader no pudo ver como sus " discípulos" se peleaban a ambos lados del Atlántico.

Mientras que en Madrid el equipo final que han elegido Pablo Iglesias y Alberto Garzón para convertir a UP en un partido político de gobierno recibía el apoyo de La izquierda ecológica, ambos propugnaban cambios radicales en la economía y en la estructura social del sur de Europa; en Italia, un renacido Matteo Renzi y en Barcelona un desaparecido Manuel Valls, se declaraban tan pragmáticos de la izquierda posible que el primero plantea el despido libre a los sindicatos transalpinos y el segundo planteaba, antes de aterrizar en nuestro país, la pérdida de la palabra socialista a sus compañeros franceses.

En medio de esas dobles parejas se encuentra el socialismo español de Pedro Sánchez, que ideológicamente está mucho más cerca del italiano y del francés, pero que ni se atreve a plantear en la España de hoy un programa parecido y cree que en el camino de recuperar los votos perdidos y emigrados hacia Iglesias y los suyos ya lleva recorrido un buen trozo. Eso o su carrera política puede ser muy corta.
Son dos mundos, dos formas de entender la crisis económica y política que se está viviendo en Europa desde hace una década. El socialismo en general no acierta en su choque con el capitalismo que puede presumir y presume de haber ganado la batalla de las ideologías, por lo menos hasta finales del Siglo XX, pese a que ahora ya estamos viendo como resurgen los fantasmas del pasado a un lado y otro de la trinchera que dividió el mundo desde que los bolcheviques tomaron el poder.
Desde Podemos idearon crearon y organizaron, entre ocho profesores de Universidad, dos juristas y un ingeniero de telecos, aprovechando el tirón del 15-M, lo que presumían iba a ser la nueva izquierda real, con sus primeros pasos a través de los Círculos. Estaba bien claro cuales eran y son sus modelos y en donde han encontrado su inspiración: primero la teoría y la historia, las tesis doctrinales primarias, y luego la acción, la realidad en la que se ajustan los modelos y los programas.
Lo dicen desde el,Gobierno y lo vuelven a decir en cada aparición pública: Podemos quiere gobernar en oposición a algunas de las medidas de ese mismo Gobierno. No se trata de


Iglesias, Monedero, Errejón, Bascansa, Honorato, Alegre, Mayoral, González, Ballester y Pascual sex han peleado, se han escindido, se han atacado pero quieren aplicar lo que han leído en los libros, lo que creen haber aprendido de la historia. Su primera cura de realismo llegó cuando tuvieron que pensar y hacer listas en toda España para presentarse a unas


Querían e insisten en ello, señalar a los españoles las recetas para combatir el paro, mejorar las pensiones, cambiar la educación para salir del furgón de cola, mantener una sanidad pública y universal, dotar de casa a los que la han perdido, mantener el déficit público por debajo del 3% del PIB, negociar con el BCE y con el Fondo Monetario, salir de la OTAN y


Sus compañeros europeos tan sólo quieren administrar la izquierda del futuro dentro de los esquemas y los principios que rigen en Europa y en Occidente en estos momentos. Iglesias, que en el fondo admira a Tsipras, asegura que quiere devolver a la izquierda los principios que perdió en 1938, aquel tiempo en el que los españoles andábamos a tiros unos contra otros por la voluntad de Don Dinero y de su brazo armado, de impedir que una República que se llamaba democrática jugara un papel distinto del que al final jugó en la Gran Guerra.

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