Oriol Junqueras y Pere Aragonés.
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Oriol Junqueras y Pere Aragonés.

Tezanos mete el miedo en el cuerpo a Junqueras y Aragonés

viernes 22 de enero de 2021, 01:08h

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Por Marta Gómez Galán

El barómetro del CIS de enero da la victoria al PSC de Illa y abre la posibilidad de que los independentistas no consigan la mayoría de 68 escaños.

De nuevo, el CIS de José Félix Tezanos vuelve a dar una buena noticia a los socialistas, en este caso de Cataluña, dando al PSC la victoria en una presuntas elecciones del 14 de febrero, con una estimación del casi el 24% sobre el voto válido y entre 30 y 35 diputados regionales.

El llamado “efecto Illa” parece haber sido el causante de esta remontada de los socialistas catalanes y estaría en el fondo de la decisión de los independentistas que controlan la Generalitat de retrasar los comicios hasta el 30 de mayo para tratar de revertir esta situación.

La decisión del Tribunal de Justicia de Cataluña (TSJC) de mantener, por ahora, la fecha del 14-F, obligará a los partidos a comenzar su campaña electoral el día 1 de febrero, con la posibilidad de que el TSJC admita el cambio de fecha una semana antes de la votación, lo que partiría los comicios en dos partes, con una campaña iniciada que duraría, de hecho hasta finales de mayo.

Con la excepción del PSC, todos los demás partidos, incluidos Ciudadanos y el PP, aceptaron la propuesta de ERC y JuntsxCat porque se temen que ocurra lo que vaticina el Centro de Investigaciones Sociológicas. En el mejor de los casos, las tres formaciones independentistas, incluyendo a la CUP, obtendrían 71 diputados, que les volvería a dar la mayoría, y en el peor, solo 59, muy lejos de poder volver a gobernar.

El 21 de diciembre de 2017, Puigdemont (JuntsxCat) obtuvo el 22% (ahora se quedaría en el 12.5%) y 34 escaños (ahora solo entre 24 y 27), mientras que Oriol Junqueras (ERC) se quedó en el 21.4% de los votos (ahora obtendría 20,6%) y 32 diputados (ahora entre 31 y 33). Entre los dos, 66 escaños que sumados a los cuatro de la CUP le dieron la mayoría de los 135 escaños que estaban en juego.

PSC (30-35), Ciutadans (13-15), En Comú Podemos (9-12), PP (7) y Vox (6-10), en el peor de los casos se quedarían en 65 y en el mejor en 79. Si se confirmara un crecimiento tan importante del PSC que pasaría de los 17 obtenidos en 2017 a más de 30, se abriría la posibilidad de un gobierno de los socialistas con el partido de Ada Colau, repitiendo la coalición de la Moncloa, pero necesitaría el apoyo o al menos la abstención de los de Junqueras.

Todavía en noviembre y diciembre, cuando la Generalitat comenzó a barajar la convocatoria de elecciones para el 14-F. ERC era el partido con una intención directa de voto del 20,5% en el primer mes y de 16,7%, en las navidades. Ahora el voto directo ha caído hasta el 9,8%, lo que ha hecho sonar las alarmas en la sede de los republicanos, que pensaban que su enemigo directo era Puigdemont, que ya les ganó en 2017, sin percatarse que esta vez el peligro venía por los socialistas.

El barómetro de enero del CIS, beneficia solo a tres formaciones: PSC, En Comú , la CUP y Vox, mientras penaliza duramente a ERC y a Ciutadans. Oriol Junqueras, con estos malos datos podría llegar a pensar en ser el president de la Generalitat, pero tendría que aliarse con los socialistas y con Ada Colau, algo que resquebrajaría ya totalmente la unidad entre los grupos independentistas. De hecho convertiría a Puigdemont en el jefe de la oposición.

El desgaste de Esquerra Republicana tiene dos visiones muy diferentes. Por un lado las críticas del propio entorno republicano que cree que el candidato Pere Aragonés es muy blandito y que no convence a los sectores que siguen dudando entre seguir al radical Puigdemont, líder de la derecha catalana y heredero de Jordi Pujol, a apuntarse a la estrategia de Junqueras que no ven muy clara porque hasta ahora no ha conseguido nada aparentemente.

Otra visión es que gran parte de los votos que pensaba recoger Oriol Junqueras con su apuesta de negociar con Sánchez-Iglesias han “vuelto” a En Comú y a la más radical CUP. De hecho esta coalición que se autocalifica de anticapitalista aunque apoya a los independentistas, decidió formar sus listas con los activistas detenidos en las manifestaciones a favor de la independencia y que han sido condenados o están siendo juzgados con la Generalitat de Pere Aragonés como acusación particular.

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