Pablo Hasél, detenido por los Mossos en LLeida.
Pablo Hasél, detenido por los Mossos en LLeida.

Pablo Hasél pone en cuestión la libertad de expresión en España

miércoles 17 de febrero de 2021, 07:17h

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El ingreso en prisión del rapero demuestra la incapacidad de los políticos para levantar los vetos anti democráticos de la Constitución de 1978
Los políticos de todos los partidos, más preocupados por las elecciones de Cataluña, han sido incapaces de impedir que en España se siga reprimiendo la libertad de expresión. El caso Hasél es un nuevo golpe moral a la Monarquía y a la transición democrática del franquismo.

Una simple rapero ha logrado demostrar con sus simples canciones que la libertad de expresión en España sigue siendo una utopia y que la democracia española deja mucho que desear, como decía unos días de la detención de Pablo Hasél, el propio vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias.

Dice el refrán que más vale un ejemplo que mil palabras y el caso Hasél ha conmocionado más a la política española que las propias elecciones catalanas. Y ha sido de nuevo la calle la que ha sacado los colores a los políticos que sigue más preocupados de sus culos y asientos que de la defensa de los derechos de los ciudadanos.

Es evidente, una vez más, que la Justicia española se fija mucho más en la persecución de los ciudadanos de izquierda que de la derecha. Ha tenido que ser el poderoso holding sionista el que haya tenido que denunciar a los nazis que hicieron un homenaje a la< División Azul para que Isabel Díaz Ayuso haya pedido a la fiscalía que investigue a los falangistas.

Pablo Hassél en una entrevista publicada ene “El Otro País” comentaba el contrasentido de que “la monarquía nos saquea pero el delito es contarlo. Mientras el emérito busca para refugiarse dictaduras teocráticas sin tratados de extradición”.

Hasél pudín haber hecho lo mismo que el rapero Valtonic que condenado por hechos parecidos prefirió exiliarse en Bruselas buscando de alguna forma añadir más razones al caso Puigdemont.

Hasél acumula dos condenas, una de dos años, cuatro meses y quince días por enaltecimiento del terrorismo y otra de 9 meses un día y multa por injurias a la Corona y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Finalmente fue detenido en la Universidad de Lleida, su ciudad natal, donde se había encerrado junto a muchos miembros de la plataforma Llibertat Pablo Hasél.

Esa misma tarde se realizaron manifestaciones en la propia Lleida, Girona y Barcelona que acabaron con cargas de los Mossos, heridos y detenidos. “Si metéis a Hasél en la cárcel, debierais saber lo que encarceláis. Una democracia que elige así debiera saber qué silencio impone, qué abismo inaugura, qué gasolina administra. Y a quién”, afirma un tuit de la plataforma.

En 2018 el Tribunal Supremo ratificó la pena dos años de prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona, pero el cumplimiento de esta condena quedó en suspenso,. En junio de 2020, el Supremo confirmó una nueva pena de nueve meses y un día y multa por injurias a la Corona y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Además tiene otras dos condenas en primera instancia que aún no son firmes.

“Pablo ¿por qué no has bajado el pistón reivindicativo de tus letras estando en libertad por remisión de la pena y sabiendo que una nueva condena puede suponer tu ingreso en prisión?, le preguntaba un redactor de “El Otro País” en septiembre pasado

“El éxito de la represión -contestaba Hasél- radica en la extensión del miedo y en su interiorización. Cambiar el tono de mis letras para satisfacer a la censura sería reconocerles el derecho a imponerme su pensamiento. Decir que el Borbón es un mafioso amigo de otros mafiosos, por ejemplo de las monarquías teocráticas del Golfo Pérsico no es una opinión es un hecho objetivo. No puedo autocensurarme por miedo a la prisión, llevo años cantando a los presos políticos del estado español, escribiéndome con ellos, callarme ahora sería una incoherencia. Si entró en prisión seré un preso político más del corrupto régimen del 78 con su podrida monarquía a la cabeza”.

El rapero Valtonyc, Josep Miquel Arenas, huyó de España en junio de 2018 tras ser condenado por la Audiencia Nacional por delitos de enaltecimiento del terrorismo a dos años de cárcel y a un año y medio más por injurias a la Corona, posteriormente confirmada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

El 14 de diciembre, un juez de Estepa (Sevilla) ordenó la apertura de juicio al cantante mallorquín, acusado de un delito de odio por instar, según la acusación, a atentar contra agentes de la Guardia Civil durante un concierto el año 2018.

Además, Valtònyc se encuentra pendiente de que la justicia belga resuelva la orden de extradición dictada por España. La vista para la extradición está prevista para mayo de 2021.
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