Un grupo de médicos y científicos catalanes realizaron en diciembre pasado, cuando todavía no se habían comenzado a poner las vacunas, un experimento sobre el Covid19, reuniendo en la Sala Apolo de Barcelona a unas 500 personas entre los 18 y los 59 años para participar libremente en un concierto durante cinco horas sin ningún control de distanciamiento, pero con mascarillas. El resultado es que ninguna de los asistentes resultó contagiado por el virus en las pruebas que se les hicieron ocho días después.
La inscripción de los participantes –según el relato que hacen los investigadores en la revista Lancet Infectious Diseases- se llevó a cabo durante la mañana del día del concierto, el 12 de diciembre de 2020. De las 1140 personas que respondieron a la llamada y se consideraron elegibles, 1047 fueron asignadas al azar para ingresar al evento musical (grupo experimental) o continuar con vida normal (grupo de control)”
De los 523 asignados al azar al grupo experimental, 465 se incluyeron en el análisis del resultado primario; y de los 524 asignados al azar al grupo de control, 495 fueron incluidos en el análisis final. Al inicio del estudio, 15 (3%) de 495 individuos en el grupo de control y 13 (3%) de 465 en el grupo experimental dieron positivo en TMA a pesar de un resultado negativo de Ag-RDT.
La prueba de RT-PCR fue positiva en un caso en cada grupo y el cultivo viral celular fue negativo en todos los casos. Ocho días después del evento, dos (<1%) individuos en del grupo de control tuvieron un resultado positivo de Ag-RDT y PCR, mientras que no se encontraron resultados positivos de Ag-RDT ni RT-PCR en el grupo experimental que participó en el concierto.
La Amplificación Mediada por Transcripción (TMA) es un test molecular, creado por la compañía Grifols, para detectar la presencia del virus SARS-CoV-2 en plasma, sangre y muestras respiratorias. La forma en que se coge la muestra es muy similar a la de la PCR: mediante un hisopo o bastoncillo en la nariz, y posee el mismo nivel de fiabilidad.
La prueba de diagnóstico rápido (RDT) detecta la presencia de proteínas virales (antígenos) expresadas por el virus COVID-19 en una muestra del tracto respiratorio de una persona.
El concierto tuvo lugar antes de que las vacunas contra el coronavirus estuvieran disponibles en España, pero en un momento en que el número de infecciones era relativamente bajo, con aproximadamente 221 casos por cada 100.000 personas en la región de Cataluña. Se pidió a todos los participantes que realizaran pruebas rápidas de antígenos antes del concierto, un método de prueba del coronavirus que es menos preciso que otros, pero que ofrece resultados en minutos.
Las bebidas, incluidas las bebidas alcohólicas, se sirvieron solo en la zona de bar, ubicada en una sala extra con capacidad para 1600 personas. Se pidió a los participantes que se quitaran la mascarilla solo cuando bebieran. El movimiento dentro del lugar estaba señalizado, algunos sitios del lugar estaban cerrados y la dirección del movimiento estaba controlada por el equipo de seguridad que controlaba cualquier formación de colas. El personal de seguridad supervisó todos los movimientos y actuó, si era necesario, para evitar las colas dentro y alrededor del vestíbulo y los baños del lugar. Se proporcionó gel desinfectante de manos hidroalcohólico en varios puntos del lugar.
El experimento fue controlado y dirigido por el equipo de médicos y científicos del Hospital Germans Trias, de Badalona (Barcelona) y del Instituto Iriscaixa, especializados en otras enfermedades infecciosas como el Sida.
"Nuestro estudio proporciona evidencia temprana de que los eventos musicales en interiores pueden tener lugar sin aumentar el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 cuando se implementan medidas de seguridad integrales", afirmó el autor principal del estudio, Josep Llibre, especialista en enfermedades infecciosas, aunque matiza que el experimento se realizó cuando la tasa de infectados en Cataluña era baja.
En marzo, los mismo investigadores experimentaron organizando un concierto de la banda Love of Lesbian, con 5,000 personas en Barcelona, y solo seis personas dieron positivo por el coronavirus dentro de los 14 días posteriores a su asistencia al evento. Los científicos determinaron que cuatro se habían infectado en otros lugares y que la tasa de infección entre los asistentes fue la mitad de la tasa de personas de la misma edad en Barcelona.
"No hay indicios que sugieran que hubo transmisión durante el evento", dijo el en una conferencia de prensa el especialista en enfermedades infecciosas Josep Maria Llibre, aunque en este caso no se han publicado todavía los resultados científicos.
Los asistentes tuvieron que someterse el día anterior al evento a un test de antígenos (PCR) y solo se permitió la entrada al concierto a los que habían dado negativo. El Palau Sant Jordi de Barcelona, se dividió en tres sectores, cada uno provisto con carriles de acceso y salida. Los asistentes no podían cambiarse de sector. En las entradas se tomaba la temperatura y se entregaron a los asistentes mascarillas tipo FFP2, que son autofiltrantes de tipo desechable.