Del estadio Santiago Bernabéu al Coliseum Alfonso Pérez hay tan sólo dieciocho kilómetros, apenas veinte minutos en coche si no existieran los semáforos, pero esa es la distancia que hay entre el cielo y el infierno. Estoy hablando del mundo del futbol, claro.
El Real Madrid está segundo en la clasificación a un punto de la Real Sociedad pero con un partido menos. Un triunfo o un empate le llevarán al club blanco a encabezar la Liga. Ha marcado 24 goles, más que ningún otro equipo y acaba de vencer al Barcelona en el Camp Nou.
El Getafe está el último de la tabla, muy lejos de la ansiada permanencia. Menos mal que queda mucha competición y todo es posible. Habrá que esperar que con el cambio de entrenador los jugadores comiencen a pensar en las victorias y no en las derrotas. Apenas han marcado tres goles en nueve partidos y con una victoria, tan sólo con una victoria, podrían empatar a puntos con el Levante, otro de los equipos que aspiran a descender de categoría.
Sin comparación posible entre los dos clubs, el Madrid de Florentino Pérez está obligado a ganar siempre, por presupuesto, por jugadores, por historia. Cuando no lo hace, como la temporada pasada, que se quedó en cero, representa un fracaso. El Getafe de Angel Torres tiene como principal objetivo permanecer en la División de Honor del futbol español. Todo lo que consiga a partir de esa base se puede considerar un éxito.
El Real Madrid del super Bernabéu , que inaugurará en unos meses, necesita ingresar más de quinientos millones cada temporada; el Getafe se conforma con tener 63 en sus arcas. Los números dejan clara la distancia entre los que caminan por los cielos y los que lo hacen por la delgada línea que separa la tierra del infierno.
Florentino Pérez está al frente de un conglomerado empresarial que factura cada año miles de millones en todo el mundo, un gigante que ha construido con habilidad y tesón a lo largo de 35 años. El futbol es su pasión y lo demuestra. Angel Pérez ha logrado que el Getafe esté entre los grandes de la Liga, se ha asomado a Europa y también comenzó a labrarse su propio patrimonio en el mundo de la construcción.
Los dos presidentes responden a las propias características de los dos municipios en los que viven. En la capital del Estado le han dado al Madrid - también al Atlético y en mucha menos medida al Rayo Vallecano - facilidades y ayudas que son casi imposible de enumerar. En Getafe las cosas son muy distintas, pese a los deseos y planes del presidente del club. Algo muy parecido a lo que ocurre en el otro club que también alcanzó los cielos como es el Leganés.
Andan los dos muy parejos en el número de entrenadores de los últimos diez años: siete para el Madrid, con dos repeticiones, las de Zidane y Ancelotti; diez para el Getafe, que ha tenido en José Bordalás al más tranquilo y fiable de todos. El actual entrenador del Valencia ha seguido el mismo camino que Quique Sánchez Flores. Curiosidades de un club que a punto estuvo de ser víctima de una estafa con el señuelo de unos “socios” árabes que nunca llegaron.
Si del cielo se puede caer, del infierno se puede salir. El Madrid tiene el compromiso de conseguir esta temporada más de un título, con la Champion como meta principal. Tres escenarios en los que pelear. Al Getafe le basta con permanecer en Primera, todo lo demás será un estupendo regalo.
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