Tenemos la lluvia de encuestas que caen cada día sobre los ciudadanos , de todos los colores y bajo todas las intenciones. La unimos a los resultados de las elecciones autonómicas y municipales del 2019, y a las madrileñas del pasado mes de mayo. Sazonamos ese guiso con los “debates” a dos, a tres y cuatro que nos ofrecen cada semana las televisiones y los propios Parlamentos, y guisamos todo ello con unas medidas dosis de presencia en las redes sociales tendremos muy definidas las líneas rojas que tanto inquietan a los futuros candidatos electorales.
Si usted, respetado político en activo, está en una de esas listas, preocúpese y mucho. Lo que va a pasar como muy tarde en mayo de 2023 no tiene nada que ver con lo que pasó en 2018, 2019 ya 2021. Veamos: si es de derechas y su nombre está dentro del equipo que encabeza Pablo Casado sueñe con ese aumento en veinte o treinta escaños que le pueden permitir ir más lejos en los puestos de salida.
Con los resultados de los sondeos y el desgaste creciente del Gobierno de Pedro Sánchez, el PP e incluso Vox conseguirían rozar y basta conseguir la mayoría absoluta en el Congreso. Es lo que arrojan la media de las encuestas publicadas. Quedarse en menos de los mitificados y necesarios 176 parlamentarios de representación nacional te pueden dar la victoria pero no el Gobierno. Tener que recurrir a los votos nacionalistas sigue siendo muy complicado.
En elm ámbito de la izquierda, empezando por el PSOE, Pedro Sánchez no lo tiene mejor. Las encuestas no le sonríen y lo ocurrido en la Comunidad de Madrid y las disputas dentro del Gobierno y dentro del propio socialismo, llevan a pensar que va a ser muy difícil que los socialistas mantengan los 120 escaños que han tenido en la actual Legislatura. Agravada esta realidad por el hecho de que sus socios de Unidas Podemos están aún peor, por lo que tendrán que pensar en los nacionalistas y en esos votos sueltos de Aragón, Canarias y Comunidad valenciana.
Hoy, la izquierda que está en el Consejo de Ministros, en general, está más cerca de los 120 diputados que de los 155 de lo que consiguió en las últimas generales; y con la misma opción que los populares: pelear en los restos por los últimos representantes. Con esas cifras y salvo que consiga un pacto de gobierno con otras fuerzas, el destino del presidente y “aclamado “ secretario general del PSOE penderá de un muy delgado y quebradizo hilo.
El caso de Ciudadanos es muy distinto. Si partimos de los resultados autonómicos de mayo en la Comunidad de Madrid, a los que se suman los obtenidos en diciembre de 2023 en las Generales que llevaron al abandono de Albert Rivera,, la lista que va a encabezar Inés Arrimadas se quedaría en apenas tres o cuatro escaños en el mejor de los casos. La amenaza de desaparición del Congreso y del Senado es muy clara.
Con Unidas Podemos pasa algo parecido, sin llegar a ese dramatismo. Si al final la opción de Yolanda Díaz se confirma y logra un pacto al que se sumen las mujeres que hoy por Hoyt mandan en la amalgama de siglas de la izquierda más radical, llegar a los treinta escaños sería todo un éxito.
Con Vox y Santiago Abascal pueden suceder dos cosas, que aparentemente son opuestas pero que se superponen y que dependerán tanto de la margen nacional de la formación como de las listas que se presenten en cada Autonomía. Pueden quedarse como están, en el entorno de los cincuenta escaños o bajar hasta la misma cifra que Unidas Podemos si desde los votantes de derechas se opta por agrupar los votos en la “corriente útil” quien propugna sin decirlo, pero practicándolo Isabel Díaz Ayuso.
Los más estables en los análisis y pronósticos son loos nacionalistas catalanes y vascos, que pueden mantener sus 25/30 escaños de “ toda la vida” al margen de las siglas que los representen. Tanto en el caso de la lista del PNV como en las que representen a ERC y a JuntsxCat , la representación que conseguirían con los últimos resultados autonómicos en sus territorios son casi idénticos a los que les auguran las encuestas de todo tipo.
Con este escenario, que puede cambiar en el periodo directo de los días de campaña y en el ajusta final de los restos que permite la Ley D'Hont, los " jugadores" de los distintos equipos que estén por debajo de esos números ya saben que lo tienen casi imposible y que sus esperanzas de sentarse en el hemiciclo de la Carrsra de San Jerónimo están en las sustituciones y cambios que se producirán si sus partidos alcanzan el gobierno y corre el banquillo.