Isabel Celaá y Yolanda Díaz explicadas por Sancho Panza
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Isabel Celaá y Yolanda Díaz explicadas por Sancho Panza

viernes 10 de diciembre de 2021, 08:21h

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Isabel Celaá es católica practicante, por lo tanto o por consiguiente, si empleamos la terminología de Felipe González, cree en Dios, en la Iglesia y en el Vaticano. Esas pueden ser las tres razones en una que han llevado a Pedro Sánchez a enviarla como embajadora a la Santa Sede.

Yolanda Díaz,que es comunista y se presume que atea practicante, por el contrario, y sin acritud (FG dixit) por parte del Papa Francisco, tendrá una reunión de trabajo en el centro del poder terrenal de la Iglesia Católica. ¿Respuesta inmediata a ofensa publicada?. Lo sabremos más pronto que tarde.

Escrito está por parte de don Miguel de Cervantes que en llegando don Alonso Quijano y Sancho Panza a las inmediaciones de El Toboso, en busca del palacio irreal de Dulcinea, el andante caballero se dió de bruces con la iglesia del pueblo y no dudó en decirle a su escudero: “con la iglesia hemos topado Sancho“. Fue contestado con todo el saber del pueblo llano que albergaba en sus alforjas mentales y apareció “el callejón sin salida” en el que van a parar muchos de los deseos de los poderosos o los paseantes por sueños imposibles.

Partamos del hecho cierto y contrastado de que El Quijote ha ido decayendo en la educación de los jóvenes españoles y que son muy pocos los que conocen hoy las andanzas del castellano hidalgo. Una salvajada más de las muchas y variadas que se han ido sucediendo en los planes de Educación de todos y cada uno de los gobiernos que en nuestra jóven Democracia han existido, y que tienen en la vasca y ex ministra Celaá uno de sus mejores ejemplos.

Si aceptamos esa premisa para intentar entender la propuesta diplomática de Pedro Sánchez, llegaremos a la acertada conclusión de que el presidente del Gobierno puede que conozca el sentido que se ha dado a la frase en los 400 años siguientes a su primera publicación, pero que desconoce la respuesta de Sancho y el preocupante sentido que también encierra: toparse con la Iglesia casi siempre termina en un calejón sin salida.

Sin palacio, pero sí con una vicepresidencia en el bolsillo, la simpar y moderna Dulcinea, conocida como Yolanda Díaz, prosigue su búsqueda del palacio presidencial en los callejones morados de la Curia, sabedora de los delirios del hijosdalgo habitante de esa Moncloa que, al igual que los molinos de viento que pueblan las llanuras castellanas, intenta que el girar alocado de las aspas monetarias no terminen por arrancarle de sus sueños dejándole sin lanza, ni adarga, ni yelmo que le proteja de las furias europeas que habitan muy al norte de nuestras fronteras y que nos tienen como decía Sancho “corridos y asendereados“.

Tirios y troyanos deben reconocer a Pedro Sánchez su capacidad para enfrentarse a las adversidades y, hasta ahora, salir airoso de las mismas. Se ha topado con todo tipo de políticos que se creían dueños de alcázares y les ha vencido en singular combate manteniéndose sobre la silla de Rocinante.

Mientras asistimos a este último desafio que parece haber lanzado a su particular gigante Malambruno, y siguiendo el relato del noveno capítulo de la segunda parte del que debería ser libro de obligada lectura para cualquier educando, sería buen menester que la ex-ministra de Educación, alumna del Deusto jesuítico, le hiciese llegar al hombre que la nombró para reformar la educación religiosa en España, al tiempo que ponía en cuestión las miles de inmatriculaciones que ha hecho la jerarquía eclesiástica en nuestro país, que junto a las Iglesias del siglo XVII y hasta muy posteriores, estaba el cementerio, ese lugar para el repost eterno.

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