Cada partido político en España tiene una clá de seguidores incondicionales que les apoya y que compite por demostrar que el de enfrente es lo puto peor que existe en el panorama nacional porque ese es el único mensaje que tienen a diario la derecha y la izquierda, especialmente en campaña electoral.
Hoy se estila ir de progre o de facha, sin la mínima capacidad intelectual y moral de reconocer los errores de aquellos con los que se simpatiza porque el sectarismo es la negación de la independencia intelectual, en un país como España donde hay mucha gente inteligente que disimula esta cualidad cuando habla de política.
Tenemos un gobierno penoso y una oposición que da pena. Por eso creo que no merecen nuestro respeto ni nuestro apoyo, pero a pesar de ello, las huestes de uno y de otros se comportan como si tuviesen un voto de obediencia que les obliga a aplaudir sus errores.
Después de muchos años, en España se ha vuelto a poner de moda la adhesión inquebrantable , propia de los tiempos del franquismo, porque así lo exigen los políticos a sus militantes.
Al gobierno hay que exigirle que gobierne con decencia y eficacia y a la oposición que aporte algo en favor del país en vez de criticarlo todo
Me declaro cabreado con Sánchez y con Casado. El comportamiento de los dirigentes del PSOE y del PP no me merece respeto, pero tampoco sus seguidores incondicionales que les toleran sus mentiras y sus excesos impropios de una sociedad democrática