Es una fuerza real pero intangible. No tiene el impacto visual ni emocional de las explosiones que provocan los misiles, cohetes, bombas y proyectiles de artillería, ni los destrozos de las balas de ametralladoras y fusiles. Y no arrasa edificios o infraestructuras civiles y militares ni tampoco causa bajas mortales y heridos porque se limita a traspasar muros y paredes. Pero sus efectos son demoledores.
En el léxico militar es la guerra electrónica o EW ‒Electronic Warfare‒, que pasa desapercibida para los profanos porque se desarrolla a caballo de ondas invisibles que no destruyen nada palpable. Por eso no atrae la atención de los reporteros gráficos y enviados especiales de periódicos y revistas, ni mucho menos de los cámaras de las cadenas de televisión.
Sin embargo, los conflictos armados contemporáneos también se libran en el dominio de las señales y códigos que viajan por el inmaterial espectro electromagnético, por lo que resulta conveniente conocer qué es y para qué sirve la EW. En esencia, la guerra electrónica es el conjunto de acciones militares que utilizan la energía electromagnética ‒desde las ondas de radio hasta los rayos gama‒ para atacar a un enemigo y hacerse con el control de sus radiaciones.
En su mayoría son transmisiones de voz, radio, radar y microondas, sobre las que fluye la información, la inteligencia, los datos, las imágenes y se cursan las órdenes y los informes. Por sus efectos de desbaratar la cadena de mando y control, todo lo que envuelve los sistemas EW llevan el sello de alto secreto. Es así en Rusia, en Ucrania, en Estados Unidos, en China… y también en España, que cuenta con el Regimiento de Guerra Electrónica 31 en El Pardo (Madrid).
En el conflicto de Ucrania, el general Valeri Gerasimov, de 65 años, Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, ha dispuesto que sus unidades de combate estén respaldadas por Batallones y Brigadas especializadas en EW. Con una superioridad total sobre las fuerzas ucranianas, entre sus misiones están las de interferir, neutralizar y bloquear las transmisiones HF, VHF y UHF enemig
Pero bloquear una zona “no se puede efectuar de modo permanente”, aclara un alto oficial del Ejército español que prefiere mantener su anonimato. La solución es, en momentos clave, “emitir perturbaciones de señales de 50 kilovatios de potencia durante unos 5 minutos y formar una especie de barrera”.
Localizar, interferir, falsificar, interrumpir, dañar…
Las unidades rusas de EW buscan las señales que emiten los radares de contrabatería y los equipos electrónicos de la defensa del presidente Volodímir Zelenski para impedir su buen funcionamiento. Intentan degradar, cegar o falsificar las emisiones sobre territorio ucraniano de los sistemas de navegación y posicionamiento GPS (norteamericano), GLONASS (ruso), Galileo (europeo) y Beidou (chino), para dificultar el control de la trayectoria de los misiles de corto y medio alcance desplegados en el Teatro de Operaciones.
Antes de partir de Ucrania a finales de febrero, los inspectores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), confirmaron la presencia de al menos una docena de sistemas rusos de EW, en su mayoría montados sobre vehículos oruga y camiones todo terreno. Entre ellos está el sistema de guerra electrónica RB-341В “Leer-3” apoyado por drones Orlan-10, cuya labor es interceptar las señales de navegación vía satélite, las comunicaciones 3G, 4G y los mensajes de texto.
El general Gerasimov también ha llevado hasta Ucrania la estación de interferencia R-934B “Sinitsa”, dedicada a interrumpir e incluso dañar las comunicaciones y sistemas de guiado de los satélites en órbita terrestre baja. Y el sistema de supresión electrónica más avanzado de Rusia, el RB-301B “Borisoglebsk-2”, que bloquea los canales de radio HF y UHF terrestres y aéreos de los militares de Ucrania. Y también el RB-636 “Svet-KU”, cuyo papel es localizar e interceptar señales de radio.
Para reconocimiento y ataque electrónico están el 1RL257 “Krasukha-C4” y la estación de interferencia automática R-330Zh “Zhitel”. Ambos están enfocados a obstaculizar y taponar a grandes distancias las señales de los radares de los aviones de alerta y control aerotransportados AWACS E-3 Sentry y AEW E-2 Hawkeye de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que intentan localizar los cazas rusos en vuelo. Y para degradar e interferir las transmisiones de los satélites de comunicaciones se cuenta con el RB-109A “Bylina” y el Tirada-2.
Pero desde que Rusia se anexionó Crimea en 2014, el ministerio de Defensa de Kiev se ha dotado de una amplia variedad de tecnologías EW y ha ampliado el número de sus unidades de guerra electrónica. Con ayuda técnica de Estados Unidos, han aumentado y mejorado la calidad y capacidades de sus equipos de contramedidas para interferir y confundir las armas guiadas de precisión y las comunicaciones militares rusas.
Microsoft colabora con el gobierno de Zelenski
Entre el nuevo equipamiento de Kiev está el sistema anti dron Bukovel-AD de unos 50 kilómetros de alcance. Ha sido desarrollado para brindar protección perimetral, bloquear las comunicaciones móviles e interferir el enlace entre las aeronaves no tripuladas Orlan-10 y sus estaciones terrestres de control.
Otro sistema de interferencia de comunicaciones es el R-330UM Mandat-B1E. Está diseñado para recopilar datos sobre las fuentes de emisión y luego irradiar una señal de barrera que interfiere las transmisiones dentro de una pequeña área geográfica. Un tercero es el sistema Anklav, concebido para bloquear los canales de control y telemetría utilizados por las municiones guiadas de precisión y los drones rusos.
Es muy probable que el presidente Zelenski cuente con el apoyo de sistemas aéreos EW de Washington, superiores a los rusos desde el punto de vista tecnológico. Serían los drones MQ-1 Gray Eagle del US Army y MQ-9 Reapers de la Fuerza Aérea. Estacionados en bases aéreas de Rumania y Polonia y cargados con bloqueadores electrónicos Intrepid Tiger, ambos volarían cerca de las fronteras con Ucrania para ayudar a degradar las comunicaciones del Ejército ruso y de sus fuerzas navales en el Mar Negro.
El Pentágono también estaría respaldando la defensa EW ucraniana con el dron estratégico RQ-4B Global Hawk y el RQ-58 Valkyrie, este último con misiles CHAMP dotados con equipos microondas de alta potencia. Los CHAMP están en condiciones de deteriorar los dispositivos electrónicos de los sistemas de navegación, radios y sensores de las columnas rusas de vehículos de combate que envuelven las ciudades ucranianas sin que los generales rusos conozcan el origen de la incursión.
La resistencia del presidente Zelenski frente al ataque de las tropas de Vladimir Putin está respaldada por muchas empresas norteamericanas. Microsoft brinda asesora al gobierno de Kiev para neutralizar los ciberataques rusos. Y Starlink, la constelación de satélites situados a 600 kilómetros de altura, mantiene sobre Ucrania conexiones de Internet con una velocidad de descarga de más de 90 Mbps. El lote de terminales enviado a Kiev por el propietario de Starlink, el magnate Elon Musk, dificulta que los rusos puedan descubrir su ubicación e interceptarlos usando ciberataques convencionales.