Los otros gigantes del petróleo no se quedan al margen. La petrolera británica BP logró en el segundo trimestre de 2022 su mejor resultado trimestral desde 2008, con un beneficio neto atribuido de 9.300 millones de dólares, triplicando la cifra obtenida en el mismo periodo del ejercicio precedente. Asimismo, el gigante energético francés Total registró unas ganancias netas atribuidas de 5.700 millones de dólares en el segundo trimestre, lo que supone un aumento de más del 60% con respecto al año anterior.
Por su parte, la multinacional energética y petroquímica española Repsol, por su parte, también experimentó un aumento en sus ganancias netas, hasta los 1.200 millones de dólares en el segundo trimestre.
La situación es aún más rentable para los grupos estadounidenses ExxonMobil y Chevron, que vieron sus beneficios o utilidades más que triplicados, hasta 17.900 y 11.600 millones de dólares respectivamente, en el segundo trimestre.
Sin embargo, hay quienes ven con ojos críticos estos jugosos márgenes obtenidos por la industria del petróleo y el gas. Como informan varios medios de comunicación, Exxon y Chevron están en el punto de mira de la administración Biden en Estados Unidos, que les acusa de no hacer suficientes esfuerzos para limitar el aumento de los precios en los surtidores.
A principios de junio, el presidente estadounidense incluso afirmó que Exxon "ganó más dinero que Dios" este año. El canciller alemán Olaf Scholz también ha sido crítico recientemente, aunque de forma más moderada. En julio, dijo en Twitter: "Algunas empresas están obteniendo beneficios especialmente grandes con la situación actual de aumento de los precios de la energía. Esto no está bien”.