Han sido como los 3 Mosqueteros del socialismo, dispuestos a mostrar sus diferencias contra el Secretario General del PSOE y complacidos por las lisonjas que les lanzaban, en ese aspecto, desde la dirección del PP, animándolos a la rebelión. Los tres, además, tratan de conseguir los 34 escaños que, en conjunto, consiguió Ciudadanos en 2019.
7.- En Aragón el futuro Gobierno que salga de las elecciones de mayo no lo van a decidir los votantes del PSOE o del PP, lo van a hacer los que apoyan a las formacionaes autonómicas del PAR que dirige Arturo Aliaga, y la Chunta que lidera José Luís Soro, siempre que Ciudadanos desaparezca del Parlamento, al igual que ha pasado en otras autonomías, y con las dudas de lo que pueda obtener la bisoña Teruel existe. Cada una de esas formaciones consiguió tres escaños, una se declara de derechas, la otra de izquierdas, pero en ambas predomina el caracter regional de sus propuestas.
El presidente Javier Lambán tiene el miedo en el cuerpo y no es para menos. La suma de votos y escaños de la derecha y la izquierda es la misma y lo más probable es que la conquista del poder se resuelva por dos votos en la Cámara autonómica. De ese miedo nacen sus declaraciones contra la política de Pedro Sánchez, sobre todo en los temas más polémicos, como si creyera que criticando al Gobierno de la Nación, que es el de su partido, los votantes de su territorio van a distinguir las dos posturas. El 29 de mayo verá si ha acertado o está fuera del poder y al alcance de la venganza programada de su Secretario General.
8.- En Castilla la Mancha todo se explica en torno a la figura política de José Bono, el hombre que desde Toledo gobernó la Autonomía durante 20 años, que disputó el liderazgo del PSOE a José Luís Rodríguez Zapatero, que fue ministro de Defensa y controló el CNI y que presidió el Congreso de los Diputados. La mayor carrera política en la moderna historia de España.
Es esa alargada sombra la que siempre ha protegido, hasta ahora, a Emiliano García Page, el discípulo preferido del omnipresente Bono, que llegó al poder territorial pese a perder sus primeras elecciones como candidato en 2015 gracias a los dos votos de Izquierda Unida, y que conquistó la mayoría absoluta en 2019 con gran comodidad.
Hoy, a seis meses de la nueva cita con las urnas compruba cómo puede ser desalojada del palacio de Fuensalida si los últimos escaños en cada una de las cinco provincias cambian de color. Su descarnada crítica a Pedro Sánchez - de quien dijo que si ganaba frente a Susana Díaz él no se volvería a presentar para dirigir el socialismo castellano-manchego - se basa en esos 33 escaños que tiene el Parlamento en Toledo, la ciudad de la que fue alcalde durante ocho años tras aparecer en el lejano 1993 como portavoz de uno de los gobiernos de José Bono.
Su gran rival, el lider del PP, Francisco Núñez, siempre le recuerda que se ha alejado tanto de Bono y de su antecesor, José María Barreda, que ha hecho irfreconocible al PSOE de Castilla la Mancha. Crítica partidista e injusta pues García-Page es un fiel seguidor de las enseñanzas y posturas políticas de su maestro, sobre todo en el espinoso tema de Cataluña.
9.- En la Comunidad Valenciana existen dos antes y dos después. El primero hace referencia a la crisis de Compromís tras la salida de Mónica Oltra de la política autonómica por el escándalo de su marido; el segundo a la confirmación por parte de la empresa Volkswagen de que contruirá su gigantesca factoria de baterias para automóviles en Sagunto.
Si Compromís pierde votos y escaños, el presidente Ximo Puig puede perder parte de los 17 asientos que esa formación tiene en el Parlament, lo que unido a la más que posible desaparición de Ciudadanos y sus 18 escaños, que pueden ir a parar más a los populares que a los socialistas, hará que obtener la mayoría necesaria de 50 votos se convierta en una tarea complicado y difícil, algo que el candidato del PP, Carlos Mazón, espera con ansiedad.
En 2019, la izquierda sumó 52 escaños, con Oltra y Joan Balldoví vendiendo muy caros sus apoyos, al igual que lo hizo Unidas Podemos. El Gobierno de Sánchez, con parte de los fondos europeos destinados a España, le ha hecho un favor de grandes proporciones a Puig con la gigafactoria, por eso sus críticas han desaparecido y ha dejado solos a los otros dos Mosqueteros que le acompañaban en el interior del PSOE. Estaba contra las cuerdas y ahora puede salvarse con la masiva creación de empleos directos e indirectos.