No hay más que ver la batería de ataques que desde la Moncloa han comenzado a disparar contra Isabel Díaz Ayuso para comprobar el miedo que tiene Pedro Sánchez a encontrarse en noviembre de 2023 con una opositora inesperada que tiene dos elementos que los socialistas no pueden imitar hoy por hoy: el ser la primera mujer candidata a la Presidencia de España y su popularidad entre la derecha conservadora pero también en las clases medias que ven en ella una defensa frente a los ataques del gobierno de coalición PSOE-Podemos.
Si Isabel Díaz Ayuso gana por mayoría las próximas elecciones autonómicas y Feijóo sigue sin dar el salto que se esperaba en las encuestas –más bien va para abajo- muchos de los dirigentes del PP van a empezar a dudar sobre la idoneidad de su candidato y se van a empezar replantear la situación.
Las ruedas de prensa de los Consejos de Ministros y las tertulias de la televisión pública estatal han elevado a categoría de principal problema político los ataques a Ayuso, ya sea por las cuestiones de la sanidad o de los impuestos. Ministras como Carolina Darias o María José Montero la atacan como si fuera ya la contrincante de Sánchez.
Al mismo tiempo, los dirigentes socialistas, incluido Sánchez, tratan de provocar a Feijóo achacándole el que se deje manejar por la presidenta madrileña como ha ocurrido cuando el líder del PP ha roto las conversaciones para renovar las cúpulas judiciales.
No se sabe con certeza cómo son las relaciones entre Feijóo y Ayuso, pero no parece que el líder gallego pueda imitar a su antecesor Mariano Rajoy que pudo pararle los pies a Esperanza Aguirre simplemente dejándola que se ahorcara con su propia soga.
Aguirre, además, nunca encontró la ocasión propicia para defenestrar a Rajoy porque éste siempre contó con los apoyos de los barones autonómicos. En el caso de Feijóo no está tan claro y mucho menos si en mayo próximo los populares no consiguen recuperar alguna autonomía, como Aragón o la Comunidad Valenciana.
Existe también el temor en La Moncloa de que una excesiva puesta en escena de Ayuso para debilitarla tenga finalmente un efecto contrario que acabe reafirmándola como la lideresa de la derecha.