En un local de Madrid, La grada, la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, logró reunir a los embajadores de Qatar, de Libia, de Ghana para ejercer de valioso y triunfador representante del futbol africano y árabe.
Empresarios, profesores, profesionales y muchas mujeres y jóvenes no se atrevían cuando comenzó el partido a asegurar que Los leones del Atlas podían conseguir la proeza de seguir la senda del triunfo que les había permitido eliminar del Mundial a equipos europeos tan potentes como Bélgica y España.
Su esperanza se empezó a hacer realidad cuando poco antes del descanso el cabezazo del sevillista En-Nesyri significaba el único gol del encuentro.
Banderas, camisetas, música, aplausos, trompetas, tambores y el retrato de Mohamed VI presidiendo el júbilo y la alegría de unos seguidores marroquíes totalmente entregados a su selección. No faltaba la habitual hospitalidad marroquí con canapés, dulces, té, zumo y agua para hacer más llevadera la tensión del partido.
Tras el sufrimiento de rigor de los últimos minutos jugados con uno menos, los sueños se hacían realidad. La embajadora no podía contener la emoción y valoraba el significado de este éxito deportivo: “es un día histórico, de gran orgullo, y los jugadores nacidos en Marruecos y fuera se han convertido en los mejores embajadores de un país moderno, en movimiento y que representa a todo el continente africano y el mundo árabe”.
Karima Benyaich subrayaba el papel fundamental que ha jugado el rey Mohamed VI como impulsor desde hace años de una política de apoyo al deporte, con inversiones en instalaciones deportivas y equipos de gestión y entrenamiento, así como respaldar a los jugadores marroquíes que militan en equipos europeos de primera línea, “los leones del Atlas que han escrito hoy la historia de un Marruecos moderno y en movimiento” en una tierra hermana como es Qatar que nos ha ofrecido las mejores condiciones.
Alegría, emoción, júbilo, orgullo de ser marroquí y de ser también español nos decían muchos de los jóvenes y mujeres presentes en una celebración que contribuye a fortalecer la identidad de un pueblo tanto en sus fronteras como en la comunidad de vive en Europa.
El fútbol actúa como catalizador y fenómeno sociológico que permite soñar a todos. “Nadie nos puede quitar ya que estamos entre los cuatro mejores equipos del mundo”, se jactaba una joven que se atrevía a desafiar a quien le tocara en la semifinal, fuera Francia o Inglaterra.
El destino ha querido que, en el camino de Marruecos en este Mundial, su próximo rival sea Francia con unas connotaciones políticas, históricas y sociales que van a convertir esa semifinal en mucho más que un partido de fútbol. Es un hito para el pueblo marroquí que ya se siente ganador y gran protagonista del Mundial de Qatar sea cual sea el resultado con Francia.
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