Otras evidencias de las buenas relaciones entre ambos Estados es la posición neutral que adoptó el Reino ante el conflicto de Rusia con Ucrania pidiendo en más de una ocasión una solución pacífica, el aumento de becas rusas a estudiantes marroquíes o la autorización por parte de Marruecos para permitir a barcos rusos la llegada a aguas del Reino.
Como artimaña para esquivar las sanciones de Europa y Estados Unidos, desde Moscú se ha ordenado desviar los suministros de hidrocarburos a Marruecos y Turquía.
El país norteafricano se cita como uno de los principales destinos de las entregas rusas de productos derivados del petróleo en África y en todo el mundo. En 2022, el suministro de diésel del reino alauí se aceleró a 735.000 toneladas desde las 66.000 toneladas de 2021.
La Unión Europea (UE), en conjunto con los países del G7 y Australia, lanzó este domingo la segunda parte de su plan para prohibir la importación de productos petrolíferos rusos refinados con la idea de debilitar al presidente ruso Vladimir Putin.
Para evadir este embargo, Rusia está redirigiendo sus productos derivados del petróleo del embargo de la Unión Europea, informa Reuters. Entre las remesas se encuentran: gasolina, diésel, gas natural licuado y combustible para aviones.
En el continente africano, nuevamente Marruecos se posiciona como una de las naciones más beneficiadas por los productos petrolíferos procedentes de Moscú. En los últimos años, el Reino ha fortalecido sus relaciones comerciales con Rusia.
Según datos proporcionados por la compañía rusa Refinitiv, las entregas de hidrocarburos al país norteafricano se han visto incrementadas en más de un 1.100% en tan solo un año. Asimismo, en el año 2023 Rabat ya ha recibido más del doble que en 2021 en apenas dos meses. No solo Marruecos está siendo beneficiada. A pesar del embargo, otros países que se están viendo implicados en el envío de gas ruso son Ghana, Senegal, Libia, Turquía, Uruguay y Costa de Marfil.
Embargar a otros países ha sido históricamente la medida predeterminada del Gobierno que busca presionar a otros Ejecutivos. Sin embargo, la historia muestra que los embargos en el sector energético solo empujan a los países a desviar sus suministros y provocar un aumento importante en los productos energéticos que tanto se necesitan.
Desde el comienzo de la invasión rusa, los precios de la energía alcanzaron niveles récord con barriles de petróleo que superaron los 100 dólares en marzo del mismo año. La amenaza a la seguridad energética llevó a muchos expertos a predecir que la UE podría estar encaminándose hacia una nueva recesión que tendría un efecto dominó en otras economías, especialmente en los
Rusia es un país inmenso que le proporciona, entre otras ventajas, poseer gran abundancia de prácticamente cualquier materia prima. Sin embargo, si de algo carece es de poder de influencia colonialista en África. Por ello, Rusia y las naciones africanas están avanzando hacia acuerdos en monedas nacionales, declaró el 18 de enero el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y agregó que las partes están preparando documentos sobre la reorganización del mecanismo de cooperación bajo las sanciones occidentales. Moscú ha estado siguiendo constantemente una política de desdolarización en el comercio exterior. En los últimos años, Rusia y algunos de sus socios comerciales, incluidos India y China, han aumentado el uso de monedas nacionales en acuerdos mutuos en un esfuerzo por alejarse tanto del dólar como del euro.
Desde el comienzo del conflicto Rusia ha redoblado sus esfuerzos para apoyar a África tanto en el sector alimenticio como energético. Mientras que la UE ha subido los precios, ha comprado petróleo, GNL y cereales que en origen estaban destinados a otros países, Sudáfrica, una de las principales potencias del continente, ha visto cómo actualmente sufren apagones de más de 12 horas, problema del que Pretoria culpabiliza directamente a Bruselas.
Esto no es más que otra prueba de cómo Rusia aprovecha la escasa moralidad de la nueva Europa de la mentalidad del “yo primero” aunque haya países que lo necesitan mucho más. Dicho problema no es nuevo, ya en septiembre de 2022 había cerca de 90 barcos con grano ucraniano destinado a países necesitados de África de los cuales solo dos llegaron a su destino, quedándose el resto en manos de Occidente.