El responsable del oficial y gubernamental Centro de Investigaciones Sociológica, José Felix Tezanos, libra con desigual fortuna desde el 29 de junio de 2018 una batalla sociológica y política contra los que desde Moncloa llaman “los doce apóstoles “ de los sondeos electorales con carácter privado. Los datos del CIS se publican y están al alcance de todos los medios de comunicación, los de las doce empresas privadas los contratan los distintos periódicos, radios y televisiones, tanto de carácter nacional como autonómico.
Frente al CIS y Tezanos aparecen el Gad3 de Narciso Michavila, uno de los que más se acercan en sus previsiones a los resultados que salen de las urnas, algo en lo que le acompaña la empresa Sigma Dos, a cuyo frente está Rosa María Díaz Fernández tras la marcha de su fundador, Carlos Malo De Molina, ahora convertido en uno de los asesores más conocidos por los gobiernos de Iberomérica. Con desigual fortuna y con inversiones en otras áreas de la actividad económica muy alejadas de la consultoría.
Entre las otras diez empresas están desde Sociométrica dirigida por Gonzalo Adán, a Ypsos, de Francesc Costa; Gesop, de Angels Pont o 40dB de Belen Barreiro, todas ellas trabajando para los sondeos que publican con regularidad los principales medios de comunicación españoles. también y de forma más reservada para las grandes empresas y bancos, que necesitan tener una visión más exacta y detallada de los movimientos ciudadanos. Unos y otros saben que hacer pronósticos con tan sólo mil encuestas realizadas de forma telefónica es imposible acertar los resultados reales. Su trabajo y objetivo no es decir quién va a ganar unas elecciones, y mucho menos quién va a gobernar después. De las urnas salen los votos, de las negociaciones entre partidos los gobiernos.
Existen casos curiosos entre el mundo de la consultoría, quizás el más llamativo sea el de Celeste-Tel y NC Report, a cuyo frente se han ido alternando de forma sucesiva José Ramón Lorente y Adolfina Navarro, en una especie de imitación a lo que han hecho en el poder en Rusia Vladimir Putin y Dimitri Medvédev, intercambiándose los cargos de presidente y primer ministro durante veinte años. En el caso español y al nivel de los sondeos electorales ocurre lo mismo con esas dos empresas, que pueden trabajar incluso para medios que, en origen defienden posiciones políticas totalmente opuestas.
En Galicia y muy pegado al diario “La Voz” está Sondaxe, que tiene en Carlos Cigarrán a su máximo responsable; lo mismo que ocurre en Canarias con Hamalgama Métrica y Juan Ezequiel Morales. Tienen sus respectivos territorios como base de los sondeos, tanto para los ámbitos políticos como para los empresariales y comerciales. La SW Demoscopia, de Juan Miguel Becerra, y el Invymark De Francisco Javier Ferradel, cierran el círculo de los doce “alimentadores” de pronósticos electorales que inundan cada semana los medios editados en papel o en internet, con sus correspondientes “ventas políticas” a través de las redes sociales y los comentarios de los “opinadores”, sobre todo en programas de radio y televisión.
Proyectan porcentajes de intención de votos de cara a las distintas convocatorias electorales y hasta se atreven a colocar el número de escaños que conseguirían cuando éstos, los escaños, muchas veces se adjudican con el último resto de cada provincia o distrito electoral, un dato que cambia, a veces, la posibilidad de gobernar.
Año tras año y convocatoria a las urnas tras convocatoria a las urnas hemos visto que el vencedor en las mismas, luego, salvo que consiga la mayoría absoluta, no consigue el Gobierno por los pactos que se producen entre las distintas fuerzas con representación parlamentaria o municipal. Lo vamos a comprobar, de forma fehaciente, a partir del 28 de mayo. Y casi con toda seguridad, habrá sorpresas sobre todo en aquellas Autonomías y Ayuntamientos en los que existe una gran dispersión del voto.
La utilización de las encuestas, al igual que el conocimiento programado de los escándalos de los representantes públicos, convierte a los medios de comunicación en auténticos protagonistas de los futuros resultados. Los sondeos sirven para mover votos en uno u otro sentido e incluso para llevar o retraer de las urnas a los ciudadanos. Medios y partidos se necesitan y retroalimentan desde hace 40 años, sin que esa unión vaya a romperse.
Más bien todo lo contrario. Los porcentajes de apoyo a un candidato, el desgaste que se difunde de un líder o una iniciativa de gobierno, el escándalo puntual, todo ese “material político” se presenta como “opinión objetiva” de los ciudadanos. Da igual que tras las datos electorales que salgan de las urnas, todas las cifras y porcentajes anteriores estén más o menos alejados de la realidad. Ya habrán cumplido con su objetivo.