AJUSTE DE TIPOS DE INTERÉS
Si entonces se hubiese anunciado semejante incremento, el más importante y acelerado de la historia, es fácil imaginar que pronósticos se hubiesen hecho para los mercados financieros, pero también para la economía en general. Sin embargo, el dolor causado por semejante ajuste, está lejos de ser el que se hubiese pronosticado.
La economía global da muestras de soportar el envite, e incluso ha estado ofreciendo signos de un repunte de actividad. El hecho de que no se doblegue ante semejante ajuste, sorprende, pero también genera desconcierto. ¿Acaso es que los tipos de interés continúan siendo demasiado bajos?
El ajuste monetario no genera impactos inmediatos, y si cuando todavía no se han dejado sentir por completo sus efectos, los mercados se atreven a anticipar una pausa en las subidas y empiezan a especular con descensos, enfrentándose así a la dura retórica de los bancos centrales, entonces tenemos lo que hemos visto en enero, “un inicio de año deslumbrante”. A renglón seguido, apenas dos datos de una inflación superior a lo que se esperaba, generan desasosiego y la corrección en las cotizaciones es general. Ese es el saldo de febrero, concentrado en las dos últimas semanas.
Toda la estructura de la curva de tipos ha sufrido un ajuste general, más intenso en los plazos más cortos, pero afectando también a los plazos más largos. Si ahora quiere protegerse de una subida de tipos de interés para el periodo 2025-2028, ha de pagar 35 pb más en euros. Si quiere hacerlo en dólar, la subida es de 50 pb. No es mucho, pero si suficiente para, no solo eliminar cualquier expectativa de descensos de tipos en 2023, sino para superar incluso lo que se deduce del promedio de pronósticos a largo plazo de la propia Reserva Federal.
OJALÁ LO HAGAN
Es posible que hayamos estado ante un error de cálculo de economistas y mercados, que acostumbrados a valorar los impactos del endurecimiento monetario durante el largo periodo en el que los ingresos y salarios apenas variaban, tienen ahora que aceptar que los tipos han de ser necesariamente más altos para lograr un efecto similar. Es lo que han hecho. No son todavía muy concluyentes, pero los datos apuntan a que el crecimiento se resiente.
Por muy retrasado que sea el impacto de las fuertes subidas de tipos, ya vemos indicadores de moderación en el crecimiento de los salarios, de modo que también tendrán que moderarse los precios en los servicios, a los que más se vinculan. Aunque genere desconcierto, esta es la parte positiva, y es que los precios se van a moderar. Los hay que lo hacen de forma acusada, porque es donde impactan antes y en mayor medida las alzas de tipos, como es el caso de la vivienda, pero otros lo harán, reflejando el descenso de los precios de la energía y de los alimentos.
Una vez reconocido el error y ajustadas las expectativas, la situación no tiene motivos evidentes para agravarse, aunque lo siguiente será comprobar que efectivamente las economías se debilitan. Ojalá lo hagan pronto y sea suficiente para no tener que ajustar de nuevo expectativas. Volveríamos a un periodo más parecido a enero y menos convulso. De lo contrario, habrá más febreros.
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