¿Hacia dónde vamos?
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¿Hacia dónde vamos?

martes 25 de abril de 2023, 08:57h

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La demoscopia es la base de la sociología que mediante encuestas estudia las orientaciones de la opinión pública. Tiene su parte más conocida en la política, pero tmbién tiene su versión económica, y ¡ojo!, porque puede estar confundiéndonos.

Además de las elecciones regionales y municipales españolas, otros dos importantes procesos electorales tendrán lugar en mayo. Turquía celebra presidenciales y parlamentarias y Grecia legislativas. En ningún caso el resultado está claro, pero ambas tendrán consecuencias que hay que considerar.

A CONSIDERAR

Los mercados ya están agitándose en Turquía, algo que de momento no afecta a Grecia, que ahora paga apenas dos puntos más que Alemania por su deuda, -igual que Italia-, cuando llegó a padecer un diferencial 10 veces mayor. Es un síntoma de sustancial mejora, permitiendo desde agosto, y tras 12 años de control, que se levantasen todas las medidas de vigilancia de la UE. Incluso devuelve las ayudas de forma anticipada.

Tras la reforma electoral, el partido que ha liderado el país los cuatro últimos años, periodo durante el que casi duplica el crecimiento de la eurozona, tiene difícil, según las encuestas, obtener una mayoría suficiente, y se abre la posibilidad de un regreso al poder de una alianza entre populistas y socialistas. Nada que de momento parezca inquietar, pero mantiene a Grecia fuera del primer lugar de la línea de fuego en el caso de una situación de tensión en la eurozona, lugar que ocupa Italia y a renglón seguido, España. Algo a considerar.

En el caso turco, la situación es más compleja. Por el papel de equilibrio geoestratégico que representa, es posible que Occidente prefiriese el status quo, pero las encuestan dan razonable probabilidad de éxito a la alianza de partidos de oposición, que podrían recuperar el control parlamentario, pero también reclamar la presidencia.

Suponiendo una transición tranquila -que no es poco-, los cambios podrían ser muy importantes, con una vuelta a la ortodoxia económica, algo que, en un país con una tasa de inflación de más del 50% y unos tipos por debajo del 10%, podría traducirse en una fuerte elevación de tipos y en una acusada depreciación de la lira. Cambiaría también el frágil equilibrio geoestratégico en la zona pudiendo influenciar en el curso de la guerra en Ucrania. Todo esto si hacemos caso a las encuestas, algo que a la vista de la pobre efectividad de los pronósticos en multitud de procesos electorales en todo el mundo -recordemos el Brexit- ha hecho de la sociología política una ciencia social de reputación mejorable.

REVISIONES CONSTANTES

Pero esta pobre reputación puede no circunscribirse a la sociología política. No son pocos los análisis que sugieren que buena parte de la incertidumbre que ofrecen las encuestas económicas, algo que se traduce en una diferencia considerable entre la realidad percibida y la estadística, puede estar basada en la baja calidad de esas encuestas, de ahí que se hable del "efecto Mona Lisa". ¿Hacia dónde vamos?, ¿a mejor, o a peor?

Destaca The Economist que el término "incertidumbre" aparece hasta 60 veces en el último informe del FMI, el doble que en los dos informes anteriores. Así es muy difícil que los analistas construyan hipótesis que no estén sujetas, como ahora, a revisiones constantes, y que los responsables de política monetaria cuenten con un escenario estable en el que basar sus decisiones.

Cabe que los encuestados mientan más que antes, pero lo cierto es que las respuestas a las encuestas son mucho menores que hace 10 años, y son más entre los que les va bien, sesgando así los resultados. De este modo, es cada vez más difícil saber a ciencia cierta hacia dónde vamos. Lo volveremos a comprobar la próxima semana.

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