“El País” tiene un departamento de purgas que funciona con una eficacia prusiana sin complejos, que no duda en ejecutar a plena luz del día a sus más conocidos y reconocidos líderes históricos y, para ejemplarizar el mensaje, publicita su muerte civil como aviso a navegantes.
Los soldados del grupo Prisa (¿existe?) se ganan la vida conscientes de que ese periódico no es el que fue y callan como puertas, pero dudo que estén orgullosos de haberse convertido en victimas de esa condena.
La ocupación del Grupo por la política les ha llevado a prescindir de los artículos de opinión que firmaban sus históricos colaboradores como Francesc de Carreras, Ricardo Dudda, Antonio Elorza, Teodoro León Gross, Félix Ovejero, Alejandro Molina, y la traca final ha llegado con el despido de Fernando Savater y Juan Luis Cebrián que fue el primer director del periódico durante décadas
El periódico no tiene ningún pudor en reconocer que su nuevo libro de estilo contempla la obligación de lealtad a los principios fundamentales y mutantes del sanchismo y que se ha convertido en un medio dependiente de la Presidencia del Gobierno, algo desde hace años dejo de ser noticia.
“El País” está echando a “sus pensadores”, que fueron leales durante años a su línea editorial, pero ahora se sienten incapaces de reflexionar sobre el pensamiento líquido y mutante de Pedro Sánchez. Algunos de ellos han sido acogidos por The Objective, dirigido por Alvaro Nieto, ex de El País.
Juan Luis Cebrián era tan inimaginable fuera del periódico del Grupo Prisa como El Papa fuera del Vaticano y esta historia tendrá un final no deseado por sus fundadores, porque el día que el periódico de PRISA eche el cierre, lo hará sin la honra que se mereció.
Hay periódicos que mueren cuando lo que publican no lo soportan los que no creen en la prensa libre, pero cuando mueren con dignidad, como El Diario Madrid, la historia les reserva un hueco y les respeta.