No es un problema de edad
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No es un problema de edad

lunes 13 de mayo de 2024, 22:44h

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Yo soy un hombre maduro que tengo que lidiar con un niño de seis de años”. Frase ocurrente del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en la habitual cena anual con los corresponsales acreditados en la Casa Blanca para criticar a Donald Trump. Cena que, por cierto, suprimió Trump durante su presidencia y donde unos años antes fue ridiculizado por Barack Obama.

Biden también recordó la edad física de Trump, 77 años, pero sobre todo incidió en la mental. Buena estrategia para poder afrontar el intento de revalidar la Casa Blanca con 81 años y achaques evidentes, aunque el político demócrata intente disimularlos o minimizarlos.

Biden es una personalidad política en lo que se conoce como el establishment de poder en Washington. Ha ocupado cargos relevantes en estamentos y administraciones y tuvo el encargo de acabar con un personaje populista autoritario que puso en jaque la estabilidad y las relaciones internacionales por su proteccionismo, tanto en lo político como en lo económico y comercial, pero sobre todo por sus intereses.

Es cierto que la mentalidad, la forma de ser, los principios y valores que deben regir la actuación de un dirigente político han pasado a un segundo o tercer plano en demasiados países y en demasiadas ocasiones.

¿Es una cuestión de edad?

No es admisible que por mucho expresidente que sea, el Sr. Trump pretenda hacer lo que le viene en gana, y lo que es más relevante evitar rendir cuentas ante la justicia no solo por sus actividades irregulares durante su presidencia, sus relaciones con la actriz porno Stormy Daniels, sino por sus prácticas empresariales.

Afortunadamente, la justicia norteamericana llega, pero, lo que no cuadra es que las encuestas digan que cada juzgado que pisa Trump, le proporciona más apoyo popular. De momento ha ganado la nominación republicana. Ha superado con creces a otros candidatos que osaron desafiarlo.

Y, ahora en la campaña electoral, Trump no escatima insultos, amenazas, promesas imposibles, desafíos y retos a todo el mundo con una actuación totalmente autoritaria, con un populismo capaz de engañar y engatusar a millones de norteamericanos. Quedan pocos meses para las elecciones de noviembre y debemos estar preparados para lo que pueda ocurrir en Estados Unidos porque va a afectar a todo el mundo.

Pero también nos debe ocupar de manera prioritaria las elecciones al Parlamento Europeo del mes de junio. Algunos políticos utilizan su supuesta zozobra personal y familiar para montar un teatro electoralista emocional con el objetivo de tapar una gestión nefasta y casos de corrupción muy trascendentes. Crear una atmósfera emocional falsa para actuar con más impunidad todavía. Pues eso, no es una cuestión de edad de los dirigentes políticos es su actitud, sus principios y valores, el equipo que le rodea y la gestión y los resultados. Lo demás es una farsa.

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