Convencidos por fin de que solo con recortes y exigencias fiscales, como hasta ahora, no se saldrá de la crisis, los líderes europeos están dispuestos a utilizar el Banco Europeo de Inversiones, por un lado, y la " imaginación financiera" por otro, para reactivar la economía de toda la eurozona y sobre todo la de los grandes países más débiles, como España, Italia y el triángulo del Benelux.
El mismo virus que atacó al sistema financiero mundial con los derivados emitidos de forma masiva por los bancos de inversión hace más de una década, se quiere utilizar ahora para lo contrario, para intentar la recuperación de las economías más afectadas por la importancia del sector inmobiliario en sus balances nacionales y en el de sus empresas.
A España le vendría este cambio de mentalidad como el bálsamo de Fierabras a nuestro don Quijote, ya que o se consigue la reactivación del consumo interno y la salida del stock de viviendas en posesión de los bancos o tendremos crisis sucesivas por falta de demanda interna,
Una buena parte de responsabidad en este cambio de actitud por parte de Alemania la tienen las elecciones europeas de junio y la mas que seria posibilidad de que sea ultraderecha de los respectivos países la que se convierta en elemento indispensable para la aprobación de las leyes.
socialdemócrata Hollande el nuevo compañero de la canciller alemana, ya que es impensable al margen de las ideologías que desde España con Sánchez , desde Italia con Meloni o desde Francia con Macron, se pueda ofrecer otra alternativa de compartir liderazgo. Y al lado de los nombres están los datos. Para empezar los 200.000 millones de euros que se aportaron como aportación de los estados y de los fondos de inversión para que haya liquidez en el sistema y que esta llegue a las empresas ha sido insuficiente.
En España, mientras los sindicatos y la oposición de izquierdas se volvieron a movilizan por el empleo en el 1 de mayo, la CEOE que preside Garamendi y su equipo sigue apostando por las reformas pactadas y con la subida de los subsidios muy por debajo de lo aprobado este martes por el Gobierno.
El control del gasto publico es una exigencia irrenunciable, como lo es la armonización fiscal, pero o se suavizan los objetivos de déficit en los países para volver al máximo del 3 por ciento, o la recesión de hecho se alargará y pondrá en peligro hasta la propia existencia del euro tal y como la conocemos hasta ahora. Será así pese a los datos que se ofrecen.