Este hecho puede ser interpretado como una descortesía, una provocación, una protesta política, o las tres cosas, porque su gesto tiene una carga y un mensaje de rebeldía contra Pedro Sanchez.
La simpleza del análisis que han hecho los habituales periodistas que están de guardia para defenderlo contra cualquiera que ose reprocharle algo, les ha llevado a salir en tromba llamando facha al jugador de la selección y de Real Madrid.
Ningún miembro del gobierno le ha reprochado ese gesto a Dani Carvajal porque para eso ya tienen a sus defensores de la prensa adicta que es la que está de acuerdo con el cierre de periódicos que molesten al poder, porque esa osadía democrática hoy se llama “ataques de la ultraderecha”
Esa fiebre vergonzosa que les lleva a amenazar con cerrar periódicos, ahogarlos económicamente e intentar prohibir el ejercicio de la profesión a los periodistas que no son parte del régimen, forma parte de las declaradas intenciones de poder al que le molesta cualquier critica que vaya dirigido a Sanchez o a su señora esposa, a la que están a punto de declarar bien de estado que debe ser protegido.
Vuelvo a Dani Carvajal: es un ciudadano libre que tiene derecho a criticar lo que le de la gana sin necesidad de que lo señalen por la profesión de su padre o su ideología.