El presidente del Partido Popular y lider de la oposición, vencedor en las urnas en laas últimas elecciones generales y con un muy notable poder en las Autonomias y grandes Ayuntamientos, está obligado a presentar una moción de censura contra el presidente del,Gobierno. Si Alberto Núñez Feijóo no lo hiciera perdería una ocasión de oro para retratar a Pedro Sánchez. Puede que la pierda por las unión de todos los grupos que respaldaron la investidura del líder del PSOE pero ganará credibilidad en la sociedad española.
No puede estar todos los dias criticando con dureza al presidente del Gobierno, exigiéndole explicaciones por la situación jurídica de su mujer y hasta por la suya propia en todos los medios de comunicación, tras la citación como testigo por parte del juez Peinado, y no dar el paso de elevar políticamente el nivel en el lugar más adecuado para ello, el Hemiciclo del Congreso de los Diputados. Tendr’a a su favor los votos de su partido y necesariamente los de Vox y la Unión del Pueblo Navarro. Estaría por ver - y es otro factor a favor de Feijóo si Sánchez logra mantener los del roto Sumar, los de Junts y ERC, los de Bildu, los del PNV, el del BNG y el de Coalición Canaria. Puede que sí o puede que no. Ese riesgo mínimo es el que define a un lider o a un simple gestor.
El presidente del PP no necesita pedir a Sánchez que se someta a una moción de confianza para demostrar que sigue contando con el respado de todos sus socios, los que están en el Gobierno y los que están en el poder en Euskadi y lo que quieren estar, como segundos, en Cataluña. Es el líder de la oposición y debe demostrarlo. Si lo demora puede que se encuentre con que sea Santiago Abascal el que tome la iniciativa y sea Vox el que “ retrate” a Feijóo y al Partido Popular.
Si la situación en España es la que relatan cada día desde la oposición, por responsabilidad social y política - con sus repercusiones internacionales - el político gallego que dejó su tierra para cambiar la forma de ejercer el control del poder y llegar a La Moncloa, debe cambiar el relato literario, siempre apoyado por sus más fieles, por la narración pormenorizada de la situación global de España, desde lo político a lo jurídico, desde lo económico a lo social, desde la emigración a las pensiones, desde nuestro papel en Europa a las actuaciones en Iberoamérica y el mundo árabe.
Hay ejemplos con desigual fortuna. Le salió muy bien a Felipe González contra Adolfo Suárez y le salió muy mal a Antonio Hernandez Mancha contra el mismo González. El resto pasó sin pena, ni gloria, hasta la victoria de Sánchez en 2018. En este 2024 Feijóo está obligado a demostrar que el miedo a perder una votación en el Congreso no está en su hoja de ruta y que puede ser el mejor de los caminos para llegar a la meta que pensó alcanzar desde Santiago de Compostela.
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