El código secreto del gran Houdini que utiliza Pedro Sánchez
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El código secreto del gran Houdini que utiliza Pedro Sánchez

domingo 25 de agosto de 2024, 04:18h

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El mayor escapista de todos los tiempos no murió ahogado durante uno de sus trucos. Murió en el hospital por una peritonitis. Creía en la existencia de lo paranormal y en los espíritus. Para confirmarlo, pactó con su mujer un código secreto de diez palabras para que, si a través de un medio le decían que habían contactado con él tras su muerte, esas diez palabras confirmarían si era verdad o una estafa. Bess, que además de su mujer había sido su ayudante en los espectáculos, esperó durante diez años con una vela encendida junto a un retrato de Houdini mientras diversos médiums invocaban su espíritu. Ninguno lo consiguió, el código secreto no tuvo que ser utilizado y Bess apagó la vela de un soplido.

Los magos e ilusionistas de todo el mundo se dedican a invocar al espíritu de Houdini todos los 31 de octubre, fecha de su muerte, sin que hasta ahora, 98 años más tarde, ninguno haya tenido éxito. Puede parecer una exageración unir o comparar a Harry Houdini con Pedro Sánchez, pero no es así. El mayor escapista de la política española desde que regresamos a la Democracia es, sin duda, el actual presidente del Gobierno. Lleva diez años practicando ese difícil arte con singular habilidad, sin que le detengan las cadenas, los candados y los recipientes llenos de agua a los que se ha enfrentado. Siempre ha logrado escapar de las pruebas más difíciles a las que le han sometido.

Se enfrenta ahora a uno de esos retos múltiples que tanto le gustaban al escapista de origen austriaco y en los que la compañía, complicidad y ayuda de su mujer eran imprescindibles. Pedro Sánchez tiene que lograr que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat. Tiene que cumplir con los acuerdos firmados para que no naufraguen las dos Legislaturas, la estatal y la catalana. Tiene que terminar de “enterrar” políticamente a Carles Puigdemont y disminuir la influencia de Junts. Tiene que mantener los pactos con Sumar, Podemos, Verdes, Más Madrid, Compromís y el resto de formaciones que le apoyaron en su investidura y mantienen al Gobierno. Tiene que mantener ese difícil equilibrio en Euskadi entre PNV y Bildu. Todo ese intrincado bosque de correas, cadenas, candados y cubos de agua es crucial para su supervivencia política, pero no es lo más importante.

Si logra liberarse de todo lo anterior y recibir la primera ovación del público, este le exigirá más y más. Conseguir sacar adelante a su candidata a presidir el CGPJ y el Tribunal Supremo. Conseguir apartar al juez Peinado de la instrucción del sumario de su mujer, bien desde el TSJM o de la Sala Segunda del Supremo. Conseguir o ayudar a que tanto su exministro Ábalos como el singular Koldo no sean condenados o, al menos, eviten la entrada en prisión.

No terminarán ahí sus desafíos. Su mayor apoyo en el exterior del Gobierno, el expresidente Zapatero, se está convirtiendo en un serio problema internacional, pero le es casi imposible renunciar a sus contactos y presencia en Hispanoamérica a través del Grupo Puebla y, en estos días, en la Venezuela convulsa de Nicolás Maduro. O ZP o Felipe González, no existe término medio. Al igual que ya no existe en el interior del PSOE tras los acuerdos económicos y fiscales para Cataluña.

Avanzar hacia el federalismo es la única solución, con todos los problemas legales que comporta y que terminaría con una reestructuración del Estado sin que afectara al carácter monárquico de España. Otro truco digno de Houdini. Detrás de Cataluña vendrá el resto de las Comunidades. Café para todos y con calendarios firmados y pactados.

¿Puede Houdini Sánchez lograr todo en tres años? ¿Puede lograr que truco tras truco le apoye, gracias a los resultados económicos, la mayoría de los españoles? ¿Puede lograr que le amen y le odien al mismo tiempo, incluso aquellos que le necesitan? El gran Houdini lo logró a caballo entre el siglo XIX y el XX y murió por exceso de confianza, por creer que, merced a sus asombrosos trucos, estaba por encima de todos y de todo. Una simple peritonitis derribó el misterio que había creado sobre su persona. Bess nunca reveló el código secreto que habían pactado y Begoña Gómez, al igual que los ayudantes del mago de Moncloa, desde Bolaños a Zapatero, pueden hacerlo. Entre magos se guardan los trucos que siempre funcionan.

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