Con comodidad el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE va ganar con comodidad el 41 Congreso Federal de su partido. Ninguna de las 17 Federaciones se va a oponer a la renovación de su cargo, al igual que tampoco se van a oponer a que Pedro Sánchez reorganice los órganos de dirección con los más fieles entre los fieles. Y dentro de dos o tres meses veremos cómo ese mismo criterio se impondrá en los Congresos autonómicos. El PSOE es un partido forjado en un proceso de dos caras: asume con dificultades y alguna que otra trampa el proceso democrático de elección de los compromisarios para sus Congresos, sobre todo cuando no goza del poder del Gobierno; y cambia de forma radical cuando la secretaria general coincide con la presidencia de los gobiernos. En ese momento se impone la dictadura del Jefe. Este es uno de esos momentos: Sánchez es el jefe y su autoridad no se discute en público, ni se busca su derrota en un Congreso, algo que llevaría a la convocatoria de nuevas elecciones generales.
El Congreso va a servir para poner en valor los éxitos económicos y los avances sociales, algo mismo tiempo que va a servir para lanzar una lluvia de misiles contra la derecha en general y contra
Alberto Núñez Feijóo,
Isabel Díaz Ayuso y, sobre todo, contra
Carlos Mazón. Los convertirá en ultraderechistas que se mueven a través de las resoluciones judiciales. En ese terreno, todos los que intervengan en el Cónclave, desde Sánchez a
Emiliano García Page, saben que los ataques a la Justicia en general y a algunos jueces en particular, tendrán que ser muy medidas y bajo la previa declaración de respeto a sus decisiones.
Lo que no podrá evitar el Congreso Federal ese la imagen del Gobierno ante la sociedad española, mala o muy mala y ampliada más por las redes sociales que por los clásicos medios de comunicación. en esas batallas los medios más cercanos al Gobierno y al PSOE son claramente inferiores a los que se han puesto al lado de la oposición, tanto en el trato de las informaciones como, sobre todo, en las opiniones. Los dos grandes partidos de la derecha, el PP y Vox vienen utilizando las denuncias que presentan organizaciones muy pequeñas y claramente escoradas hacia la derecha más dura, como son Manos Limpias, Hazte Oír y el resto de presuntas asociaciones casi familiares en muchos casos.
Si las palabras de Sánchez y sus explicaciones y propuestas serán importantes, también lo serán las que salgan de los labios de algunos de los dirigentes más críticos, con el presidente de Castilla la Mancha a la cabeza. Todos se juegan mucho de cara a un futuro electoral que será más o menos próximo, con un máximo en el mes de mayo de 2027,que es el objetivo del actual secretario general. Hechos los cambios en el Gobierno, tras la aceptación en la Comisión europea de Teresa Rivera como vicepresidenta, lo que quedará será el resto de posibles cambios en otros ámbitos de la vida pública. Y sobre todo seguirán los procedimientos judiciales que están en marcha y que seguirán creciendo, al ritmo de las nuevas imputaciones y declaraciones de testigos.