La gran guerra a la que se enfrenta el mundo globalizado no está en Ucrania, ni en Gaza. Muchos menos en Venezuela. Tampoco está en el Canal de Panama, ni en Groenlandia. Esa es la capa visible, las películas de entretenimiento. La guerra de verdad, la que definirá este siglo XXI ya se está jugando entre dos acrónimos nacidos en Estados Unidos. El NOM, el Nuevo Orden Mundial que representaba el capitalismo más tradicional y financiero de la mano de George Soros, contra la AGA, la America Great Again que lanzó Trump hace ocho años y que, ahora sí, quiere convertir en realidad.
Si en su primer mandato como presidente de USA tuvo a Steve Bannon como su emisario y propagador de la doctrina, en este segundo ha elegido al dueño de Tesla, SpaceX y X, Elon Musk. Detrás de los tres y del resto de súper millonarios tecnológicos está el creador de la mayor red de espionaje privada del mundo, Peter Thiel, el hombre que dota de doctrina a ese nuevo capitalismo que quiere disminuir y hasta anular el poder de los Estados e influir en las grandes decisiones de los partidos politicos en todo Occidente, la super empresa Nvidia, en la que participa la CIA, el FBI y el resto de agencias de seguridad norteamericanas.
Los dos programas de vigilancia global y predictiva de Palantir, que parecen sacados del mundo de los comics: Palantir Gotham y Palantir Metrópolis, con Alex Karp al frente, ya están incorporados a las grandes empresas y entidades financieras. Si les sumamos la capacidad de Nvidia, de Jensen Huang, todos los habitantes del planeta Tierra estaremos bajo su vigilancia y conocerán de antemano lo que vamos a hacer y hasta pensar. Y si faltan en sus pronósticos dará lo mismo, ya se habrá actual siguiendo sus directrices. No se trata de lunáticos ansiosos de acumular riquezas, se trata de doctrinarios empresariales de éxito que desean dirigir el mundo bajo la premisa de que la riqueza que han conseguido se debe a su mayoría preparación para dirigir la sociedad.
Esos hombres que ya se han puesto a las órdenes de Donald Trump acumulan una riqueza igual al PIB español y podría, si quisieran y no tuveran regulaciones nacionales en contra, comprar ltodas las empresas de España, Francia, Italia, Gran Bretaña… Si dejamos a un lado al único europea que aparece en la lista, el francés Bernard Arnault y sus 190.000 millones de dólares de fortuna, el resto representa la mayor lujuria financiera de la historia. Si Musk tiene 250.000 millones, Jeff Bezos se acerca a los doscientos mil con Amazón y el Washington Post, una de las mejores herramientras para influir en el pensamiento de los ciudadanos, al igual que pasa en el resto del mndo, al igual que Mark Zuckerberg, que con su Meta se ha pasado sin dudas al lado de los ganadores. Para los más curiosos les recomiendo que León la biografía del magnate Vincent Bolloré y sus deseos de aumentar su poder en España.
Colocar a Bll Gates, a Larry Page y a Sergey Brin al lado del poder de la Casa Blanca es igual de fácil que si se hace con Steve Ballmer, los super mega millonarios de Estados Unidos no se conforman con tener las fortunas que desatan las envidias de la mayor parte de los países que están en la ONU. Podemos dejar fuera de ese núcleo al clásico Waren Buffet, pero el principal accionista de Berkshire Hataway, al igual que les pasa a los hermanos Koch , se limitará a buscar los mayores beneficios posibles.
Sin máscaras, la filosofía política que defienden está muy bien resumido en una frase del creador de Nvidia: “ amplias dosis de dolor y sufrimiento” es lo que se necesita para triunfar, la dirección opuesta de lo que hasta ahora se respira en Europa y cada vez más lejos de lo que se dice y se actúa en España, en todos los partidos y dirigentes políticos. Dedicar cien dias a recordar a Francisco Franco es tan absurdo y carente de sentido como festejar la llegada de la democracia a nuestro país con la reinstauración de la Monarquía el 22 de noviembre de hace cincuenta años, con su máximo protagonista en el dorado exilio auto impuesto de los Emiratos árabes.