La primera semana del presidente deja claro que tiene como primer objetivo defender lo que entiende como intereses económicos de EE.UU. y no reparará en desestabilizar a aliados y enemigos. Una sola semana después del cambio de presidencia en EE.UU. ya permite un primer balance. Muchos e importantes anuncios en el frente geopolítico, pero menos claridad en el de los aranceles.
MENOS DURO
El mensaje se mantiene respecto a aranceles universales a todas las importaciones, habiendo ordenado el inicio de una investigación sobre las relaciones comerciales de EE.UU. pero las amenazas explicitas hasta la fecha se limitan a imponer aranceles de hasta el 25% de las importaciones de Canadá y México a partir del 1 de febrero. Menos explícito, pero también está sobre la mesa un arancel adicional del 10% sobre los aranceles ya existentes para las importaciones de China, pero el tono inicial respecto a los asiáticos es hasta ahora menos duro de lo esperado.
Las amenazas también alcanzan a la U.E. pero la posición parece ser menos agresiva frente a Europa, que podría evitar los aranceles si acepta compras a gran escala de petróleo, gas y material de defensa a los EE. UU. La Comisión Europea no tiene una función de compras centralizada, de modo que es a los estados miembros a los que corresponde ajustar sus suministros de energía. ¿Actuará Europa como grupo y renunciará a comprar un GNL ruso más barato dada la sensibilidad europea a unos precios de energía que son más altos, especialmente en Alemania? No parece probable que Europa pueda escapar del todo de la presión de los norteamericanos, pero lo que se ha visto hasta el momento, también aquí es posible que las medidas acaben por ser menos dramáticas de lo que se temía.
NUEVAS REGLAS
Hay mucho descontado en el precio actual del dólar. Durante semanas el sentimiento con respecto al euro se había vuelto cada vez más bajista y su recuperación de estos días puede estar relacionada con la retórica arancelaria menos agresiva de estos primeros días. Ocurre algo similar con China cuyos mercados podrían además verse impulsados, semanas más adelante, por el anuncio de medidas de estímulo fiscal más concretas que las anunciadas hasta la fecha y que podrían concretarse a lo largo del mes de marzo.
Todo esto no va a cambiar sin embargo las nuevas reglas de juego que impone la administración norteamericana y es poco probable que sean suficientes para sacar consistentemente al EUR/USD de su entorno de debilidad actual. Además de que la retórica está sometida a cambios en esta nueva forma de gestionar la comunicación y relacionarse con aliados y enemigos, los vientos de las políticas monetarias soplan también de forma diferente a uno y otro lado. Por mucho que se insista en una “nueva edad de oro” que saque a EE.UU. de una supuesta situación de estancamiento, el punto de partida está muy lejos de ser el de una economía en contracción.
Es muy probable que la FED se tome algo más que una simple pausa en la reunión de esta semana y que las expectativas sobre los tipos de interés que ahora tiene el mercado sean recalibradas en sucesivas ocasiones. Al margen de las presiones, y a menos que las condiciones cambien de forma dramática, no tiene razones evidentes para cambiar su política. Recientemente la presidenta de la FED de Dallas apuntaba que el tipo neutral pueda estar cerca de los actuales niveles. No es el caso en Europa, donde la necesidad de recortes de tipos es apremiante, lo que no es un buen augurio para el euro. Con todo no parece probable que el siguiente episodio de debilidad del euro arrastre durante mucho tiempo el par por debajo de la paridad.