Al autor de la frase le costó que el rey Manasés le mandara cortar en pedazos con una sierra, lo cual indica lo peligroso que resulta el papel de asesor del poder, sobre todo cuando ese poder, que se considera superior y por encima del resto de los ciudadanos, se cansa de que le digan lo que debe o no debe hacer. Se puede aplicar en la política, en las finanzas y hasta en la vida familiar. Basta con leer los titulares de los medios de comunicación, escuchar la radio, ver la televisión o navegar por las redes sociales para comprobarlo.
Los malvados son muchos y tengo mis dudas de que les importe algo su propia paz; la de los demás está claro que no les importa nada, y hasta hacen profesión de todo lo contrario. La paz les molesta tanto que hacen todo lo posible para activar y mantener el mayor tiempo posible las guerras, lo de menos es el lugar, siempre con la voluntad de que las consecuencias de las mismas se encuentran lo más alejado de sus vidas diarias. Y de su riqueza, que es lo que de verdad altera su paz si creen que está en riesgo.
En es territorio en el que crecieron tanto Isaias como Manasés hace más de dos mil años, los malvados son muchos y tienen nombres y apellidos. Llevan así prácticamente desde entonces y es muy posible que sigan así otros dos ml años más, con otros nombres pero con las mismas intenciones. La paz es para los pueblos, la guerra se queda para los malvados; lo malo es que son estos últimos los que deciden por los primeros.
En este territorio más cercano que es Europa nos dicen cada día que hay un malvado oficial desde hace tres años que se llama Vladimir Putin; pero si escucháramos a esos asesores que practican el viejo oficio de Isaias oiríamos que el malvado es Volodomir Zelensky. La verdad es que el grupo de los malvados e mucho más amplio, depende del nivel de maldad que se quiera medir y de la balanza que se emplee.
Para no alargar la lista, que incluiría sin duda desde el británico Starmer al húngaro Orban, pasando pro el francés Macron y el alemán Merz, con sus correspondientes lados oscuros y femeninos como son Von der Leyen, Kallas, Meloni… hasta llegar a nuestras España, tan igual y tan diferente a todo lo anterior. Aquí tenemos como gran malvado para la derecha a Pedro Sánchez y como gran malvada para la izquierda a Isabel Díaz Ayuso. Tanto Carles Puigdemont como Carlos Mazon son malvados menores, fuera del alcance de un profeta mayor como Isais.
Cada uno puede hacer su lista, en el territorio de la política es más fácil, pero todos aquellos que quieran coger papel y bolígrafo o teclado de ordenador, tableta o móvil pueden adentrarse en los territorios de los dineros, que seguro encuentran un gran placer en ir colocando nombres. Si les apetece hacerlo en sus empresas y en sus trabajos ni hasta en sus casas, que no se corten. Pensar en que los malvados encontrarán su castigo al no poder vivir y morir en paz ayuda mucho. Se ahorrarán gastos en el psicólogo o en el bar.