Duelo a muerte en OK Madrid
viernes 13 de febrero de 2015, 23:43h
No hay vuelta atrás para ninguno de los contendientes: o Pedro Sanchez acaba con la vida política de Tomás Gómez, o éste acaba con la vida política del secretario general del PSOE. La pelea, la guerra a muerte se veía venir desde que el hasta ahora líder de los socialistas madrileños se volvió a cambiar de bando apoyando ...
... a Susana Díaz y a Carmen Chacón.
A las dos y media del mediodía del 26 de octubre de 1881, en los corrales para ganado de la ciudad de Tombstone, en Arizona, se producía uno de los duelos a muerte más famoso de los Estados Unidos y que ha servido de argumento para un buen montón de películas. Los hermanos Earp y los hermanos Clanton se pusieron a disparar como locos durante un minuto. Pasado éste había tres muertos y otros tantos heridos. A mediodía del miércoles 11 de febrero de 2011, en la capital de España y en la distancia que separa la calle Ferraz de la plaza del Callao, Pedro Sanchez y Tomás Gómez desenfundaban sus lenguas para disparar a matar sobre su adversario, cada uno acompañado por los más fieles de sus fieles. El papel de Wyatt Earp le corresponde a Sanchez y el de Ike Clanton a Gómez. Las venganzas posteriores, que en el caso del PSOE madrileño ya se han anunciado , llevaron a las dos familias a una huída constante y a la desaparición de ambas de la ciudad y el territorio en el que se habían enfrentado.
Tomás Gómez apoyó a Carmen Chacon frente a Alfredo Pérez Rubalcaba. Cuando perdió la dirigente catalana pasó a apoyar a Susana Díaz y cuando ésta renuncio a la batalla por la secretaria general del socialismo se pasó con armas y bagajes a Pedro Sanchez frente a Eduardo Madina. En los últimos meses había vuelto a cambiar de dirección pasando a " conspirar" como dicen en el entorno de Sanchez, con la presidenta andaluza y la ex ministra de Defensa. Pensaba que el liderazgo del actual secretario general era débil, que no estaba cumpliendo con las expectativas de su llegada al cargo y en la oposición al PP, por un lado, y a la " contención" del fenómeno de Podemos, por otro, y que no debía ser el candidato del PSOE para las próximas elecciones generales.
Desde hace semanas y por boca de José Cepeda se le había pedido que diera un paso atrás como candidato a la autonomía y que dejara a Carmona, su firme aliado y compañero, como candidato a la alcaldía de la capital. Las encuestas favorecían al segundo y dejaban en muy mal lugar al primero, al que las informaciones sobre los sobrecostes del tranvía de Parla y la ruina de las arcas municipales de la ciudad en la que había sido alcalde le afectaban de lleno ante la opinión pública.
Dentro del PSM, las luchas internas entre las distintas facciones que componen desde siempre la difícil, polémica y rebelde Feceración madrileña del PSOE , han supuesto un auténtico quebradero de cabeza para la dirección nacional del partido. Las sufrió Felipe González, las susfrió Joaquin Almunia y las han sufrido Jose Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. Coincidir en el territorio las estructurales estatales y las regionales es una de las razones de los choques.
No hay ideología en esta guerra, no hay dos concepciones distintas del papel del PSOE en la sociedad española, no hay programas alternativos. Se trata de la batalla más simple y antigua: el control del poder. Hasta ahora, cada vez que un secretario general ya se llamara Zapatero o Rubalcaba, le había echado un pulso para que dejara paso a otro dirigente, Gómez se había negado y había ganado. Las cosas han cambiado y Sanchez necesitaba tanto un golpe de autoridad interna en su partido como buscar un candidato para la Comunidad de Madrid que le permita salir airoso de la cita del 24 de mayo. Por eso ha perdido el ex alcalde de Parla. Por eso y por el dossier que está sobre la mesa de Cesar Luena, el número dos del PSOE.
Sanchez no quiere que le estalle ningún misil en plena campaña electoral y desde el Partido Popular lo tenían preparado sobre el hasta ayer candidato socialista. Las cosas han cambiado y en la sede central de los populares van a esperar a que los socialistas designen nuevo candidato antes de dar a conocer el suyo. O los suyos, ya que mientras algunos dirigentes madrileños del PSM creen que tras la palabras de Antonio Miguel Carmona, este ha unido su destino al del destituido secretario regional, otros confían en que rectifique y acepte seguir siendo la persona que encabece la lista de la capital, dejando así más aislado a Tomás Gómez.
El favorito en las quinielas para sustituirle es el ex ministro de educación Angel Gabilondo, pero este no quiere entrar en batallas. Quiere que antes de su nominación la guerra interna haya terminado. Quiere ser el hombre de consenso dentro del socialismo madrileño, algo que no le va a resultar nada fácil por las heridas que se han infringido los contendientes y las amenazas de llevar el tema a los tribunales. En la reserva están Rafael Simancas, José Cepeda y hasta diplomático y hombre de La Moncloa en tiempos de Zapatero, Bernardino Leon, con excelente imagen en lo que podemos llamar el centro político de nuestro país.