Sin embargo, estando vinculado como está al dólar e inmerso en pleno proceso de expansión monetaria, -sexto recorte consecutivo de tipos de interés en apenas 12 meses- y por lo tanto amenazando con debilitarse frente a este, muchos bancos centrales se preguntarán para qué acelerar el proceso de conversión de reservas. Los diez primeros países en volumen de reservas tienen aproximadamente 9 de los 13 billones de los cuales casi 4 corresponden a China. Los puestos del 5 al 10 están ocupados por este orden por Taiwán, Rusia, Corea, Brasil, Hong Kong e India. Pocos problemas tendrán la mayor parte en incorporar al yuan progresivamente en sus reservas. Las autoridades chinas han hecho de esta incorporación a los DEG de su divisa un elemento simbólico para demostrar su voluntad y compromiso con la apertura de sus mercados, mensaje que habrán de reforzar a través del contenido del plan quinquenal 2016-2020 que presentarán previsiblemente con ocasión del 5º pleno de su 18º Comité Central.
La pasada semana Londres ha sido testigo del éxito de la primera emisión ($780 mill) de un bono en yuan fuera de China con un año de vencimiento y al 3,15%. Lanzaron además el RMB Bond Trading Index, destinado a promover la compra de bonos en yuan por inversores institucionales extranjeros. Son pasos en la ruta para que el yuan acabe siendo una divisa de libre fluctuación en muy pocos años.
Apenas 24 horas después de que el BCE sorprendiese anunciando que va a tomar más medidas expansivas en diciembre, provocando un fuerte ajuste a la baja en la cotización de euro, China anunciaba el recorte en 25 p.b. de sus tipos de interés oficiales de préstamo que pasan al 4,35% y de depósito al 1,5%, al tiempo que rebaja la ratio de reservas que deben de mantener los bancos como garantía, liberando efectivo por 90.000 millones de USD. Los mercados encantados, pero esto no hace sino añadir interrogantes a cómo desde los bancos centrales se interpreta la situación global, la de menor pronóstico de crecimiento mundial desde 2009 según el FMI.
Japón va a recortar sus previsiones de crecimiento e inflación esta semana, aunque parece que no va a inyectar más liquidez, o eso se espera, que ya lo veremos. Pero el movimiento europeo y chino hace flaco favor a la FED que indirectamente ve cómo sus tipos son elevados mediante el recorte de los demás. Su reunión de esta semana (días 27 y 28) y la publicación el jueves del PIB del 3er trimestre (todo apunta a un mal dato) pueden traer algo moderación y corrección de corto plazo en el entusiasmo comprador de dólar que europeos y chinos han despertado. Cada día lo tiene la FED más difícil. A ver qué hace ahora.