Good bye, Maduro

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La oposición ha obtenido 99 escaños frente a los 46 conseguidos por los partidarios de la continuación en el poder de Nicolás Maduro, y ha tenido que ser el mando militar el que haya anunciado no solo el resultado sino también la garantía de que se respetará la voluntad de los venezolanos.

Ahora a deshacer el desastre.

Venezuela ha dicho basta a dieciséis años de chavismo.

La oposición ha obtenido 99 escaños frente a los 46 conseguidos por los partidarios de la continuación en el poder de Nicolás Maduro, y ha tenido que ser el mando militar el que haya anunciado no solo el resultado sino también la garantía de que se respetará la voluntad de los venezolanos manifestada en las urnas.

Un ejercito que ha guardado fidelidad al comandante Chaves mientras vivió pero que no ha pasado por aceptar un fraude electoral más que pretendía imponer su sucesor, Nicolás Maduro.

En estas elecciones estaban en juego muchas cosas importantes : la recuperación de la democracia real, porque la formalidad de las elecciones nunca dejo de existir, aunque se produjese el fraude en el recuento de votos , el regreso del poder político a manos de un régimen civil, el alejamiento de la tutela de Cuba que veía tutelando lo que allí se hacia, la libertad de los presos políticos , el regreso a unas relaciones normales con los países de su entorno y del resto del mundo, y la recuperación de una dignidad nacional que Nicolás Maduro había dilapidado.

Sin embargo el camino hacia la recuperación no será fácil, porque el país está en bancarrota, el precio del petróleo sigue bajando, los alimentos y demás productos básicos de consume escasean, la violencia civil es endémica aunque durante estos años se multiplicó hasta hacer que el país caribeño fuese el segundo de América latina en el que se producen más asesinatos al año, y la fractura social entre la sociedadque tardará en convertirse en convivencia entre los ciudadanos.

Lo importante es que la democracia regresa y ahora lo que necesita el país es que la clase política, que se enfrentó al postchavismo, dé la talla y sea capaz de gobernar unida, con sentido de Estado y con la decisión firme de ponerse a trabajar en la recuperación del país.

Las heridas que han dejado en la sociedad estos dieciséis años de populismo y de violencia política y social, solo se pueden curar con un gobierno digno, responsable, honesto y con visión de Estado.

Está por ver el futuro del número uno y dos del régimen , Maduro y de Diosdado, ambos investigados por su connivencia con el narcotrafico, además de otros delitos contra la propia población venezolana.

El cambio en Venezuela acredita que las sociedades regresan a la democracia cuando se desengañan del populismo.

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