Tendrán los rojiblancos aguantar el aluvión de los discípulos de Guardiola, pero está en el ADN que ha impuesto Simeone el resistir como si fuesen los numantinos ante las legiones de Roma. Felipe VI llevó a su hija al futbol como lección práctica de lo que significa resistir y pelear por lo que uno cree. Una filosofía de vida que le puede venir muy bien a Leonor para su propio futuro.
Las coronas y la gloria se alcanzan con esfuerzo, sin miedo al rival que se tiene enfrente. El club del Manzanares tenía y tiene a uno de los más fuertes de Europa y ha sabido jugar a lo que mejor sabe, a contener las embestidas del adversario esperando su oportunidad. Llegó con Saúl y estuvo a punto de llegar con Torres en otra acción individual.
La maquinaria del Bayern funcionó en la segunda parte. Eran avalanchas como las de las divisiones Panzer de la II Guerra mundial. Y allí estaban los partisanos dispuestos a que no llegaran a cumplir su objetivo: marcar por lo menos un gol, ese trofeo tan importante para los partidos de vuelta.
Si el Madrid está obligado a marcar por lo menos un gol en el Bernabéu y mantener su portería a cero, al Atlético le basta con lo segundo y esperar un buen contraataque para convertir la despedida de Guardiola de la Bundesliga en un pequeño drama. Si los blancos hacen lo mismo con el Manchester, que es el futuro del entrenador catalán, el disgusto de Pep será doble. Sus equipos derrotados por el centralismo madrileño. Otra buena metáfora para los tiempos políticos que tanto le gustan